Del escudo a las calles y alcorques de Santo Domingo

Desde la entrada del equipo de Gobierno actual, la encina está, también, cada vez más presente en las calles de la ciudad. En el último año y medio se han plantado un centenar de ejemplares, aproximadamente. Su elección responde al simbólico motivo anterior, a que es una especie autóctona y por tanto más resistente y menos proclive a enfermedades y, sobre todo, a que da pocos problemas. «Eso no significa que toda la ciudad va a estar llena de encinas. Habrá otros sitios que pidan otro tipo de árbol, por altura, frondosidad etc», matiza el concejal de Obras, Carlos Barrón.

Estos últimos días, la brigada de Obras del Ayuntamiento ha actuado en las calles Ramón Salazar, Lechares y Paseo Verde, donde se han colocado encinas allá donde había ciruelos falsos, dado los problemas que estos ocasionaban, no solo de suciedad, por los frutos en la vía pública, sino porque estos también han ocasionado varias caídas de viandantes al resbalar con ellos. También daban problemas los catalpas que había en la avenida de Obras Públicas, que rezumaban una resina pegajosa que afectaba a las calles y vehículos.

Esta última actuación estaba presupuestada en la partida de la Concejalía de Medio Ambiente que preside la concejala Rosa Ruiz Marín y ha sido ejecutada por la Brigada de Obras y Servicios. Con esto, el relleno de algunos alcorques y la sustitución de las encinas que se secaron en la calle Hermosilla por el confinamiento domiciliario de marzo terminarán las labores en el arbolado municipal hasta el año que viene, salvo intervenciones puntuales.