«Un buen fotógrafo debe tener una sensibilidad especial»

– La fotografía de la que más orgulloso está es...

– Un abrazo entre una novia y su hermano momentos después del «Sí, quiero». Él parecía un chico serio y muy distante, pero nada más lejos de la realidad. Solo estaba muy asustado y nervioso por oficiar la ceremonia de su hermana. Al acabar, ambos se fundieron en un abrazo tan intenso, que consiguieron emocionarnos. Yo, que suelo decir que soy una roca, conseguí capturar ese recuerdo, también entre lágrimas.

– ¿El fotógrafo nace o se hace?

– Creo que un buen fotógrafo debe tener una sensibilidad especial para lograr transmitir emociones en cada captura, y eso depende de la personalidad de cada uno. A partir de ahí, nos queda queda estudiar, aprender, observar, arriesgar y disparar millones de fotos.

– En su caso ha tenido un buen maestro...

– Efectivamente, no solo he aprendido la base de la fotografía de mi padre, gracias a su afición, y años después, a su profesión, sino que me enseñó a enamorarme de este arte. Desde pequeño vi cómo revelaba fotografías en un cuarto oscuro con una luz roja y desde entonces siempre he vivido rodeado de cámaras, negativos, diapositivas y tarjetas de memoria. Aunque hemos llegado a convertirnos en fotógrafos con un estilo totalmente diferente, sigue siendo uno de los fotógrafos que más admiro.

– ¿Cómo ve el futuro del negocio?

– Deslocalizado. Vivimos en una ciudad pequeña y debemos abrir nuestro radio de acción lo máximo posible. Eso conlleva muchísimas horas semanales de marketing digital. Nuestro trabajo no tiene trampa ni cartón y lo que enseñamos en internet, es lo que entregamos.

– Con los móviles hacemos muchísimas fotos. ¿Les llevan muchas a revelar?

– ¡No! Hoy vivimos todos en una nube y ahí es donde almacenamos nuestros recuerdos. La mitad de las parejas que nos contratan para su boda, no quieren ya un álbum de fotos, pero nos preocupa la calidad y, por eso, este año, al margen de lo que nos contraten, entregamos una selección del trabajo, en láminas impresas con un acabado profesional.

– ¿Cuál es el área con la que más disfruta?

– Aunque nos lo pasamos genial haciendo reportajes de comunión, sesiones familiares o catálogos de empresa, las bodas tienen esa adrenalina que nos hace sentirnos recompensados de una forma especial. Trabajar doce horas en uno de los días más importantes de la vida de una pareja, rodeados de emociones e intensidad, con doscientas personas pasándoselo en grande, nos permite capturar momentos espontáneos que jamás volverán a ocurrir. ¡Y poder compartir todo eso con mi pareja es, además, un sueño!