Secciones
Servicios
Destacamos
El club calceatense de montaña Sampol cumplió el mes pasado diez años de vida. La ciudad de Santo Domingo de la Calzada, que cuenta con una importante tradición montañera, alumbró a este colectivo en noviembre del 2011, a cuyo frente estaba un grupo de entusiastas ... calceatenses capitaneados por Alberto de Imaña y Óscar Zuazo, presidente y vicepresidente.
El club echó a andar –literalmente– el día 26 del mismo mes, con una marcha al monte Sampol, en cuya cima ya se había instalado un buzón con un avión, realizado por el propio De Imaña.
Desde entonces han sido miles los kilómetros realizados por la entidad; interminables las cuestas subidas e incontables los litros de vino que han caído en sus frugales almuerzos. Ha sido y es, sobre todo, un espacio de referencia para muchas personas, que con él han descubierto nuevos lugares y perspectivas, a los que se llega con buenas dosis de sudor siempre recompensadas.
La entidad, que también estuvo presidida por Rubén Pozo y actualmente por Jesús Vicente Ugarte, retomó la tradición calceatense de subir el belén al pico San Lorenzo y peregrinar a Valvanera de noche. Además, ha sido artífice de iniciativas como la Sampol Experience. Su oferta, además de las salidas, se ha completado con cursos, talleres, catas de vino en el techo de La Rioja, apoyo al Ayuntamiento en el 'Verano deportivo' etc.
Actualmente cuenta con unos 200 socios, que pagan una cuota anual de 10 euros. A ellos hemos recurrido para que nos expliquen qué significa para ellos el club Sampol. De sus respuestas se presume que, aunque 10 años son muchos en la vida de cualquier asociación, el club goza de muy buena salud. Hay futuro.
Ismael Mendi cuenta que «es mi segunda vivienda, donde cabemos todos al aire libre. Pura vida, resume». Andrés León descubrió en él «una ventana a la calle por la que me entra mucho aire fresco y sano». Álvaro Mendi lo resume en «disfrutar» y José Ramón Cañas cuenta que «el día que entré en el club Sampol fue el resurgir de mi vida y el comienzo de una nueva etapa».
Para Miguel Ángel Basurto representa «un grupo de amigos con dos grandes inquietudes, el amor y el respeto a la montaña», a los que añade «el almuerzo sampolero». Y bromea (o no): «Sin almorzar las rutas no son iguales». Luis Ángel Sáez, el cronista de cada salida, refiere que el club Sampol es, sobre todo, «amistad». «Sampoleros hay de derechas y de izquierdas; del Madrid y del Barça; unos beben tinto y otros clarete. Da igual. Somos amigos, amigos de verdad», recalca. Josin García Montes, apodado el 'ruiseñor de La Demanda', es la voz cantante del club. «El Sampol es espectáculo puro; es una de las mejores cosas que me ha pasado en los últimos años», dice antes de arrancarse con «que por eso le digo a la gente, sampolero seré hasta la muerte...».
Chema Ryan dice que para él el club «son muchas cosas y difíciles de ordenar por prioridad: amistad, compañerismo, compartir, naturaleza, almorzar... En fin algo que desde enero de 2014 me hace muy feliz».
Almudena García Chinchetru subraya la «libertad, el contacto con la naturaleza de manos de gente fantástica y las experiencias inolvidables» que conllevan la pertenencia al club. Eva Martínez cuenta que, gracias a él, «he descubierto lugares maravillosos, deportes que me apasionan y gentes estupendas con las que compartir no sólo montaña, también la vida entera». Marta Altuzarra pone el acento en que «somos una gran familia, cada uno de un padre y de una madre, pero disfrutamos juntos de la naturaleza y los almuerzos sampoleros».
Ángel Metola, por último, le dedica algunos adjetivos: «Servicial, con otros montañeros, con escolares, con asociaciones; amistoso, porque aquí nadie se siente extraño; montañero, ya que la montaña es lo que más nos gusta y nos une; peregrino: nos sentimos así y todos los años celebramos alguna etapa; ocioso, con ganas de pasar nuestro tiempo de ocio en la montaña». Y, sobre todo, pone en negrita la palabra 'Libertad', «ya que así nos sentimos, haciendo lo que más nos gusta», dice.
«Como dice el himno del club Sampol, se creó 'Con cuatro calceatenses que fueron al monte', dirigidos por Alberto de Imaña. El germen del club viene de las salidas de montaña, organizadas por el coordinador deportivo del Ayuntamiento. Es ahí donde unos cuantos nos ponemos manos a la obra y se crean los estatutos.
Durante estos 10 años el club Sampol ha tenido unos objetivos claros: el primero, dar a conocer nuestro valle y sierra como entorno natural y turístico; fomentar, respetar y cuidar el entorno medioambiental; facilitar el ejercicio físico y deportivo y formar a nuestros socios y simpatizantes por medio de cursos y conferencias de montaña. Y, además, crear una relación social positiva entre los socios, por medio de actividades donde se cree un ambiente cordial, de compañerismo y solidaridad montañera.
En un principio, mi idea era de participar en alguna actividad esporádica, pero gracias a un grupo de amigos y sobre todo a Eva, el club fue creciendo durante estos 10 años hasta lo que es ahora.
Para mí el club de montaña Sampol me ha hecho crecer como persona, por darme la posibilidad de disfrutar y aprender a cuidar la naturaleza, por conocer paisajes y entornos impresionantes, por aumentar mi conocimiento sobre el medio natural y, lo más importante, conocer unas personas, que ahora son mis amigos. Este club está formado por un grupo humano, que lo mantiene vivo, participativo y activo.
Hasta los 100 años, por lo menos».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.