Óscar San Román y María Milagros Luzuriaga. ALBO

«Estamos mal, porque se han chafado todas las ilusiones puestas en las fiestas»

Los calceatenses hubieran abierto este sábado su ciclo tradicional

Javier Albo

Santo Domingo

Miércoles, 22 de abril 2020, 19:56

Este próximo sábado es 25 de abril, día que en la mayoría de los sitios no significa nada, pero en Santo Domingo de la Calzada mucho. Hasta tiene rima, porque en dicha fecha «sale la gaita y el tamboril», dicen por estos lares. Salen, sí, para acompasar a la cofradía del Santo cuando pinta de azul, con una pluma blanca, a las 'doncellas' que el 11 de mayo, en plenas fiestas, participan en la 'Procesión del pan del Santo y del peregrino'. Con este y otros actos se da el banderazo de salida al ciclo festero de la ciudad calceatense.

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Pero este año no podrá ser. El Ayuntamiento ha suspendido las fiestas, pero de las tradiciones se ocupa la cofradía del Santo y esta ha decidido aplazarlas. Se celebrarán cuando se pueda, si se puede. «No se quiso suspenderlas pensando en que igual se podrían celebrar parte de los actos algún día», explica el prior Óscar San Román. Su mujer, María Milagros Luzuriaga, apostilla: «Quisimos dar un voto de esperanza e ilusión a los calceatenses». Pero lo ven negro, casi tanto como los vestidos de las prioras que no procesionarán el día 10 de mayo, primer día de las fiestas, declaradas de Interés Turístico Nacional.

Vivieron con intensidad parte de la conmemoración del Milenario del Santo y esperaban ponerle el broche a su gran experiencia con las fiestas del Santo, pero el COVID-19 ha convertido su sueño en papel mojado. «Estamos muy mal, porque se nos han chafado todas las ilusiones», confiesa Óscar, «paisano» del Santo, puesto que ambos son nacidos en Viloria de Rioja. Saben, aún con todo, que es un mal menor. En su pensamiento tienen a todas las personas que han fallecido, a cuyos familiares envían su pésame, en nombre de la cofradía. Esto es lo peor.

«Tenemos hechos 5.000 panes del Santo y no sabemos si los vamos a poder repartir o cuándo», dicen los priores

«Empezamos a trabajar en las fiestas en octubre y lo teníamos todo ya preparado», dice el prior, que, entre otras cuestiones, afirma que «tenemos hechos 5.000 panes del Santo y no sabemos si los vamos a poder repartir o cuándo». Eran parte de los previstos para su distribución el 1 de mayo, otro de los hitos que jalonan el camino festero, previamente al disparo del cohete.

El 13 de mayo el priorato hubiera tocado a su final, pero tampoco va a haber relevo ante la imposibilidad de reunir al cabildo de la cofradía para que dé cuenta de la nueva cofradía entrante, que después hubiera tenido que ser aprobada la asamblea general de Hermanos del Santo. Por tanto, seguirán en funciones hasta que estos puedan reunirse y adoptar las medidas necesarias. Incluso están dispuestos a repetir, si los citados organos así lo acordaran.

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Como el resto, los priores vivirán estos especiales días en casa, confinados, pensando en lo que pudo ser y no fue. «Como homenaje a estas fiestas, pedimos a los calceatenses que el 10 de mayo pongan un pañuelo festivo en balcones y ventanas», dicen. Hay un precedente, al menos: en 1943, las fiestas se aplazaron a junio por la presencia en la región de un brote de tifus exantemático ('piojo verde').

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