Fotografías en blanco y negro, en las que solo salían hombres. Los quintos de 1977, de comida, y los del año 2002, en su visita a la imagen del Santo,

Quintos, del blanco y negro a la gran fiesta a todo color

Un breve repaso a la celebración de las quintadas, que tras el paréntesis del año pasado por la pandemia, devolvió desde octubre la alegría a las calles

Javier Albo

Santo Domingo

Jueves, 16 de diciembre 2021, 01:00

Había ganas, tras el paréntesis forzoso del año anterior, por la pandemia. Y dejaron el listón muy alto. Los quintos de Santo Domingo de la Calzada, que desde hace algo más de un cuarto de siglo son hombres y mujeres juntos y todo lo revueltos ... que ellos mismos quieran, volvieron en los meses de octubre y noviembre a quedar para celebrar el año de nacimiento en común, lo cual es una excusa buenísima para correrse una juerga.

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Su presencia, con o sin charangas de acompañamiento, volvió a devolver a las calles la alegría que el COVID-19 se llevó, aunque solo temporalmente.

Algunos sábados, la coincidencia de numerosas quintadas hizo que las calles hirvieran de fiesta.

Es esta una tradición que ha cambiado total y afortunadamente en poco más de un cuarto de siglo, de lo que dan fe las numerosas fotografías, hoy guardadas la mayoría en álbumes y cajones, pero que antes adornaban muchos bares de la localidad, en las que solo salían hombres.

Reunión de los quintos de 1956, arriba a la izquierda, y los de 1966, a la derecha. Abajo, los de 1975 y 1995.

Y es que la tradición de las quintadas la explica la propia palabra 'quinto', estrechamente vinculada al ámbito militar. En sus lejanos orígenes, allá por tiempos de Juan de Castilla, uno de cada cinco mozos debía incorporarse al ejército. Se creyó que era ese un número razonable de soldados para mantener un ejército fuerte y que, a la vez, los pueblos no se quedaran sin jóvenes para trabajar la tierra o desempeñar otros oficios.

Por extensión, desde entonces y hasta la suspensión del servicio militar obligatorio, se conoció por el nombre de 'quintos' a todos los hombres que realizaban el servicio militar, y por 'quintada' al año de incorporación al reemplazo, aunque el diccionario de la Real Academia Española también recoge, como 'quintada', la «broma, generalmente vejatoria, que dan en los cuarteles los soldados veteranos a los de nuevo reemplazo».

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Los quintos de 1976 se lo pasaron en grande desde el punto de la mañana.

El caso es que, no se sabe bien cuándo, aunque sí por muchos lugares de España, los 'quintos' empezaron a quedar para celebrar una comida o cena de confraternización, y todo eso, muy lentamente, fue derivando en las quintadas actuales.

En Santo Domingo de la Calzada un hito muy importante tuvo lugar en el año 1994, cuando los quintos de 1944 incorporaron mujeres a su celebración, aún con el rechazo de algunos hombres y también de mujeres. El caso es que lo hicieron, se juntaron y lo pasaron tan bien que ya no se quisieron separar más. Hasta hoy.

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