En San Asensio llueve clarete

En familia, con amigos y con todos aquellos que quisieron compartir con los sanasensianos esta cita, tanto de dentro de la comunidad como de fuera, todos disfrutaron este domingo de la Batalla del Clarete, que tuvo lugar en el barrio de las Bodegas.

La fiesta comenzó ya desde por la mañana. A las 10.30 el blanco empezaba a inundar las calles de San Asensio, con la llegada de los primeros participantes, que tomaron parte en el reparto de bollos preñaos y jarritos de clarete en los soportales del Ayuntamiento, donde se formó una gran fila que recorrió la plaza Nueva en busca de provisiones con las que coger fuerzas para la posterior contienda.

A partir de las 11.00, comenzaban los preparativos propiamente dichos y la gente fue encaminándose hacia el barrio de las Bodegas. De esta manera, a las 12.00 los remolques comenzaron a acceder al Barrio de la Estación para facilitar el transporte y garantizar la seguridad de las personas que acudieron a pie. A esa misma hora, comenzaba el pasacalles que conducía a los participantes hacia la celebración. El remolque municipal, cargado con la comitiva de representantes del Ayuntamiento, fue el encargado de guiar a los demás hacia la cuesta donde se celebró la feliz contienda, lugar en el que ya los nervios estaban a flor de piel.

Pero, ya antes de su llegada, algunos de los participantes más impacientes comenzaron a acceder a los tractores, con los remolques convertidos en piscinas de vino, y empezaron su fiesta particular, lanzándose al clarete como si de una piscina se tratase y mojando a quien encontraban a su paso.

Pasadas las 13 horas, llegaba, finalmente, el remolque del Consistorio, que realizó el primer lanzamiento de vino, el que marcaba el inicio de esta jornada festiva.

Y así, la batalla regaba las calles de San Asensio de clarete. Cientos de 'guerreros' cambiaron el color de sus camisetas del blanco inicial al morado posterior, tiñendo su ropa con los tonos rojizos de los más de 40.000 litros de vino con los que se contaba como munición.

Con sulfatadoras, pistolas, gafas de agua, cubos, incluso desde una manguera a presión, todas las armas elegidas por los participantes en esta celebración servían cuando el objetivo es pringar a quien se te ponga en el camino, en una batalla en la que no hay enemigos. Una festividad que une en fraternal comunión a muchos de los vecinos de la localidad riojalteña y a los visitantes que acudieron a esta cita por primera vez.

Otra forma de disfrutar de este día tan especial fue desde los balcones, donde los más precavidos se resguardaron para observar la batalla en su pleno apogeo sin miedo a acabar calado hasta los huesos. Este es el caso de la familia y amigos de la bodega Fran Corres, quienes, como cada año, se juntaron en cuadrilla para celebrar, de otra manera distinta, esta divertida contienda.

En el 'campo de batalla' lo que nofalto fueron las canciones festivas y los bailes al ritmo de la charanga, que animó tanto a pequeños como a mayores. Así como la tradicional 'trainera' en la que los participantes se sientan en el suelo y balancean sus brazos al unísono como si estuvieran remando, coreografía que alegró la jornada.

Para concluir, se realizó otro pasacalles hacia la plaza Nueva, donde se puso el punto y final a la celebración. Aunque buena parte de los vecinos continuaron la fiesta hasta bien entrada la tarde, ya que se reunieron en cuadrillas para disfrutar de una comida y concluir así otra edición de esta cita, que ha celebrado este año su edición número 45. La Batalla del Clarete se celebra desde 1973 el domingo más cercano a la festividad de Santiago. Surgió de forma espontánea, cuando los componentes de la Peña El Clarete, en el transcurso de un almuerzo, comenzaron a arrojarse vino. La costumbre fue evolucionando hasta llegar a lo que es hoy día, una cita de Interés Turístico Regional.