Batalla del clarete

San Asensio decide sobre la bota y el voto

La casualidad, o más bien Pedro Sánchez, ha hecho que la fecha de las elecciones generales venga a coincidir con la batalla del clarete de San Asensio, algo a lo que ya están dando vueltas los responsables del evento para ver la forma de solucionarlo.

La conjunción en la misma fecha, el 23 de julio, de ambas fiestas, la de la democracia y la de exaltación (y mucho más) del más afamado producto del municipio, no parece una buena idea, por diversos motivos. En broma (o a lo mejor no), podría hablarse de un presumible aumento de la abstención, más preocupados los peroleros en lanzarse unos a otros miles de litros de vino y en consumir algunos, que en las urnas.

Mejor por separado, por diversos motivos, de participación y logísticos, parecen coincidir mayoritariamente en la localidad, aunque aún no hay ninguna decisión tomada. «Estamos valorándolo todavía», ha indicado su alcalde, Juan Francisco Blanco.

Ahora mismo, la idea que parece cobrar más fuerza, pero solo eso, es la de adelantar la batalla del clarete a la jornada de reflexión, el sábado 22, aunque la «reflexión» se diluya entre el vino y la fiesta. De esta forma no se perderían los contratos ya firmados, por ejemplo, en lo referente a la música ya prevista para la jornada sabatina y dominical. Es una opción que ahora mismo solo está sobre la mesa, nada más, ya que se les solapan los problemas a los responsables municipales.

Algunas fuentes comentaban que también se había sopesado la posibilidad de aplazarla a la semana siguiente, pero, en este caso, coincidiría con un viaje que la banda municipal de música tiene previsto realizar a Valencia y, de convocarse para esas mismas fechas dejaría muy mermada la participación de la agrupación musical.

Sea cual sea la solución final, es un nuevo hito a escribir en la historia de este evento, que, desde 1973 se celebra el domingo más cercano a la festividad de Santiago y fue suspendido dos años por la pandemia. En ella se utiliza el clarete como elemento arrojadizo, sin que cause dolor sino alegría y diversión. Nació sobre una mesa, en mitad de una comida de la peña Clarete, y se extendió al barrio de Las Cuevas, cuyo suelo se riega con miles de litros de vino.

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