Del Sampol al podio de la Copa de España

El trazado, de 12 kilómetros, presentaba, además, 1.000 metros de desnivel positivo por esta montaña de la Sierra de Béjar (Salamanca), cuya cota máxima se sitúa a 2.368 metros de altitud. El calendario de la Copa de España comenzó a finales del mes de enero en la estación de esquí Leitariegos en León, a donde Salas acudió junto a otros dos calceatenses, Ángel Martínez Riaño y Eduardo Hernando. Al ser una de las pocas competiciones vigentes en la actualidad, Salas continuó compitiendo y participó en las otras tres pruebas: Sierra Nevada, Belagua (Navarra) y La Covatilla (Salamanca).

El 23 de enero, en Leitariegos, al debutar en la disciplina, el objetivo de Salas no era el podio. «Al principio solo tanteaba las pruebas. Me veía fuerte en mi categoría, porque competir contra chavales de 30 años es imposible, pero después de Leitariegos, donde la nieve fue complicada, ya me vi con posibilidades, sobre todo, después de quedar sexto de España en Sierra Nevada», recuerda el corredor calceatense. Y es que en la prueba de Sierra Nevada Salas quedó detrás de atletas internacionales como Chema Martínez.

«En Belagua terminé cuarto y me dio mucha rabia al quedar fuera del podio por 20 segundos. Al no competir juntos, porque salíamos por tandas, crees que tienes ese margen», explica Salas, atleta del Club Atletismo Calceatense, pero federado en montaña con el club Sampol de Santo Domingo. Y es que, por seguridad, por el COVID-19, las carreras se disputaban por grupos a contrarreloj. «La última era puntuable, pero de cuatro contaban las tres mejores, así que pensé que, si me salía bien, podía hacer podio», expone Salas, calceatense de 49 años, quien recomienda correr por la nieve por las sensaciones que ofrece.

«La sensación de correr por la nieve, si has corrido por montaña, es que es una disciplina mucho más dura. Incluso cada prueba de la Copa parecía algo distinto, dependía mucho de la nieve y de la inclinación. Y en la última prueba hubo mucho viento. Luego he entrenado cuestas y volaba porque no tienes resistencia, pero los paisajes a esa altitud son una maravilla», afirma Salas, quien recuerda correr a 3.000 metros de altitud en Sierra Nevada «y la sensación es mágica, de mucha paz». Eso sí, hay que tener precaución: «Corres por pistas de esquí, con inclinaciones fuertes. Los crampones dan seguridad pero, si caes, no paras».