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Mujeres romanas y algunos soldados, en el desfile que recorrió las calles.

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Mujeres romanas y algunos soldados, en el desfile que recorrió las calles. Albo

Herramélluri

Los romanos y berones, una piña

Un desfile, el mercado de artesanía, talleres y concierto despidieron este domingo las XVII jornadas culturales

Javier Albo

Santo Domingo

Domingo, 15 de octubre 2023, 14:12

Ni 'Malinche' escenificaría mejor el 'feliz' encuentro entre dos culturas. Herramélluri lo bordó: cambió las espadas por 'flow' e hizo confraternizar a berones y romanos en un desfile por las calles y donde hiciera falta. Pax. Al alcalde, Emilio Gómez, un inoportuno resfriado le dejó sin ataviarse, pero muchos de sus convecinos, hijos del pueblo y visitantes desfilaron para un público casi inexistente, por la sencilla razón de que prácticamente todos estaban metidos en el meollo. Se cayó del cartel el grupo Paso Viviente de Calahorra y salieron a las calles los de casa: algunas tribus aún escondidas en el Piquillo, el cerro que entierra la antigua ciudad de Libia, y varios romanos 'de guardia'. A falta de tambores, un altavoz marcaba los pasos de la variopinta comitiva, entre la que se colaba, de cuando en cuando, un anacrónico whatsapp o una llamada inoportuna. Es lo de menos: estaban haciendo pueblo.

Fue uno de los actos que encarriló este domingo el final de las XVII jornadas culturales, organizadas por la asociación Ciudad de Libia y el Instituto de Estudios Riojanos, que recuerdan, celebran y reivindican el pasado de la localidad riojalteña, del que afloran elementos en cuanto se mueve una piedra.

Pudo comprobarse en el transcurso de las obras de abastecimiento del sistema Oja-Tirón, que abrieron una estrecha franja de tierra y de ella salió una gran tinaja romana, un 'dolium', de la época bajo imperial, además de un horno de cerámica, restos de muros, de la calzada romana, etc. De ello hablaron las arqueólogas que supervisaron los trabajos, Pilar Iguácel y Asunción Antoñanzas (Labrys Arqueología) en la conferencia de las jornadas.

Emilio, el alcalde, piensa, o sueña, con un lugar en el que poder guardar y exhibir, a modo de centro de interpretación o similar, todos los elementos que la tierra devuelve, con sus miras puestas en la iglesia de Velasco, previa declaración de su interés cultural y llegada de financiación que permita su restauración. Pensaba comentárselo ayer al presidente de La Rioja, Gonzalo Capellán, que visitó la localidad y asistió al concierto del Orfeón Mirandés. Ion Garín, presidente de 'Ciudad de Libia', incide en esa misma carencia. A ambos les gustaría que se fuera descubriendo la vieja ciudad, para lo que existe tecnología -georradar, magnetismo, etc- que permitiría abrir las zonas más interesantes. Creen que para el pueblo sería una inyección de futuro.

Mientras, seguirán con las jornadas, que este año han estrenado obra teatral, original de Alberto Alonso Blanco, y que este domingo entregaron la tésera de hospitalidad al médico Ángel García Cuevas.

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