El 'rebrote' turístico de Ezcaray en agosto

Iván Santamaría y familia se preparan para regresar a casa, cambiarse y dar una vueltita por ahí. Alguna terraza caerá. Han pasado la tarde junto al Oja e incluso se han dado unos chapuzones en la cascada. Vive en Basauri, aunque su familia paterna es de Ezcaray, a donde vuelve siempre que puede. Este es un verano especial, por el COVID-19, pero él se ha encontrado una localidad muy animada. «La he visto más poblada, pero a gusto. Con las medidas oportunas, mascarilla y distancia, se está muy bien», dice.

Esa mayor concurrencia a la que se refiere guarda relación con lo que comenta el concejal de Turismo, Jorge Lladó. «La gente entra poco a los bares, está todo el mundo en las terrazas, al aire libre, y hay más ocupación de calle», dice. En su opinión, agosto, en lo que va de él, está resultando «bastante normal » en cuanto a afluencia.

«Estamos trabajando mucho para hacer menos caja», indica Juan Luis Pérez desde el bar Central. No obstante, se muestra satisfecho y dice darse con un canto en los dientes, «porque esperaba que iba a ser mucho peor». Zenaida Serrano, del hotel Palacio Azcárate, afirma que debido a la incertidumbre y los rebrotes en otras zonas del país, «en agosto nos han cancelado mucho, sobre todo los clientes que venían en estancias largas». Y añade: «Lo que más está funcionando es el restaurante, pero a nivel exteriores. El hotel se acaba llenando, pero de última hora».

Que la gente quiere espacios abiertos lo saben bien en la oficina de turismo. «La mayoría nos pregunta por rutas de senderismo y paseos sobre todo», subraya Ana Marta Peña. Este interés también ha quedado patente en la aplicación 'Sietemásuno', de rutas por Ezcaray, a la que en julio accedieron 2.800 usuarios, con la previsión de que a finales de agosto se llegue a 4.800. Cifras de récord. Dani Arrea, de la empresa de turismo activo 'DaniTguía', percibe que «la gente se está moviendo, prácticamente como todos los años», aunque en su caso echa en falta a los clientes de Madrid y Levante, a los que suplen otros de La Rioja, País Vasco, Burgos etc.

Las estadísticas que maneja la oficina de turismo reflejan que el pasado mes de julio fueron 2.214 –de los que solo 23 eran extranjeros–, frente a los 2.167 que se anotaron en igual mes de 2019. En los dos primeros días de agosto tienen apuntados 168.

La naturaleza y el relax, tan necesario para desempolvarse a diario la presión del virus, son las principales bazas de Ezcaray, en un verano muy atípico, sin apenas actividades y a la puerta de unas fiestas reducidas a los actos institucionales y la pelota (con el aforo al 50%). «Si nosotros no apoyamos a nuestros profesionales no podemos pretender que otros lo hagan», justifica el edil.

Las piscinas son otro de los grandes atractivos, con su aforo limitado a 200 personas (75 en el agua) y listas de espera. También son muy demandados los asadores, con la previsión de que esta semana se abran los de la estación. Es un verano complejo, pero, ahora mismo, para tocar madera. «La mejor noticia es que, con toda la gente que tenemos, seguimos con cero casos confirmados en Ezcaray», dice. Virgencita virgencita, que me quede como estoy...