Huércanos: un patrimonio que duerme en el olvido a la espera de su despertar

Por fortuna, en Huércanos cuentan con una persona enamorada del patrimonio histórico local, que no solo se emplea a fondo en conocer la historia local, sino que está empeñada, en la medida de sus posibilidades, en reclamar un poco más de atención hacia esa riqueza que se va perdiendo por desidia.

Floren García Merino es agricultor, pero tiene verdadero fervor por la historia y, sobre todo, por la de su pueblo. Considera que «podemos aventurar que el inicio de Huércanos como pueblo, tal y como entendemos este significado hoy en día, se dio a partir del siglo VI y, sobre todo, tras la construcción de la iglesia en el centro del cerro y del poblado, con el cementerio al sur y el entramado urbano en torno».

Era una red «formada por unas pocas calles -actuales Morcillón, San Roque, Santiago García-Baquero, Aires, Era Alta-, que se fue ampliando a partir de los siglos XV y XVI, centuria esta última de gran crecimiento demográfico, gracias a la producción del viñedo y del cereal, junto a la lana».

En esa zona, en el punto más alto de la localidad se encontraba la iglesia parroquial, a la que le sucedería en la misma planta la ermita de San Roque, de la que aún se conservan parte de la nave y el ábside, que acaba de quedar a la vista tras la retirada del revoque que lo cubría.

Enfrente mismo, aún sigue en pie el edificio del 'Arca de la Misericordia', una institución para socorro de los agricultores que, junto a toda la manzana, «amenaza ruina y presenta una degradación palpable», indica el estudioso, quien apunta que se puede tratar del inmueble más antiguo de la localidad.

Las 'Arcas de la Misericordia' eran, según relata García Merino, «unas instituciones benéficas que nacieron para servicio y ayuda de los labradores pobres, fundadas, la mayoría de las veces, por personas piadosas. A través del préstamo de trigo, en una economía sujeta a la climatología irregular, estas cajas de previsión agrícola posibilitaban la siembra y el pan para muchas familias sin recursos».

Muy cerca de ella, está la conocida como Casa de los García Baquero, una casona de imponente factura y con notable raíz histórica, con el escudo del emperador Carlos I de España y V de Alemania en su fachada principal, y que hoy está en manos privadas.