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Algo sobrevoló Agoncillo el pasado jueves. No parece que fuera un avión. Unos vecinos avistaron al anochecer, sobre las huertas del Ebro, un objeto volador que no lograron identificar. Eran las 21.47 horas y les dio tiempo a fotografiar el avistamiento. Lo más lógico sería pensar que fue el avión de Madrid que aterriza en el cercano aeropuerto Logroño-Agoncillo sobre las 21.55 horas, pero ni la forma ni la dirección corresponden a un vuelo comercial. También podría tratarse de algún helicóptero del acuartelamiento militar Héroes del Revellín de Recajo, pero no encaja con la morfología. Tal vez fuera, simplemente, un globo sonda, un aparato de análisis meteorológico, ya que su forma encaja más con las descripciones e imágenes aportadas. Desde la Delegación del Gobierno en La Rioja no tienen constancia de ningún suceso extraño. Y la alcaldesa de Agoncillo, Encarna Fuertes, tampoco tiene constancia de lo sucedido.
«Mi hijo estaba paseando al perro cuando vio unas luces como rojas, que no se aprecian en las fotografías, en dirección Logroño-Zaragoza, hasta que desapareció», relata el padre sobre la vivencia del hijo, destacando que, entre lo más extraño de lo visto, «la estela, en vez de detrás, la llevaba delante». No podía ser un avión, al menos el vuelo regular Madrid-Logroño, porque los vecinos lo identifican con facilidad, acostumbrados a verlo casi a diario y porque aterrizan en dirección contraria, entrando por Mendavia en dirección a Logroño y no al revés, que es como volaba aquello, tal y como justifica el vecino de Agoncillo.
Tal vez lo más curioso es que no es la primera vez que se divisa un objeto volador no identificado sobre Agoncillo. Hay que remontarse a 1978, cuando un grupo de jóvenes del pueblo vio algo en el cielo. Dos de aquellos chavales eran Rafael y su primo, padre de quien ha sido testigo del nuevo avistamiento. «No le dimos importancia. Era una luz fija, como abombada. Era un objeto en el cielo que vio mucha gente», recuerda Rafael, que entonces tenía 16 años.
En 2016 el Ministerio de Defensa desclasificó 80 expedientes sobre avistamientos de fenómenos extraños, entre ellos, el ocurrido el 20 de julio de 1978 en Agoncillo, cuando un soldado de la base militar informó haber visto un objeto extraño en el aire que volaba a una altura de unos 1.000 metros, a baja velocidad y de forma silenciosa. El 'Expediente OVNI' número 780720 cuenta también con los testimonios de un cabo y un alférez, que describieron lo visto así: «El objeto tenía forma de rombo, con cuatro luces blancas que hacen de vértices, y una luz central más intensa, emitiendo intermitentemente cada segundo aproximadamente». El documento se puede consultar en la Biblioteca Virtual de Defensa y concreta que el avistamiento fue a las 1.20 horas y que se pudo ver durante al menos 5 minutos. «El objeto fue observado hasta perderse de vista, sin apreciarse movimiento extraño alguno», concluye el informe firmado por el teniente coronel jefe del aeródromo militar. Muy cerca, en Arrúbal, otro grupo de niños aseguraron haber visto en 1974 un ovni con forma de puro (o de zepelín) que les sobrevoló cuando jugaban a fútbol en un descampado e intentaron apedrearlo, sin alcanzarlo. Aquel suceso atrajo la atención entonces de J.J. Benítez.
Sucede, para mayor desconcierto, que Rafael volvió a ver algo raro en el cielo el pasado 26 de enero, al amanecer, cuando acompañaba a sus padres al hospital, saliendo de Agoncillo. «Era una luz extraña. No le dije nada a mis padres pero no era ni una estrella ni la Luna ni un avión. Cuando regresé, la volví a ver, aunque se había desplazado. A los dos días me volví a fijar, pero ya no había nada», relata Alfaro.
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Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
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Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
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