El otoño echa a andar en Tobía

Esta quinta edición fue algo más larga en kilómetros y la más concurrida de las celebradas hasta la fecha. Organizada por la Asociación Cultural Amigos del Roble de las Once y el Ayuntamiento de Tobía, la iniciativa cada vez atrae más a gentes llegadas desde los más diversos puntos de la región. «He venido los cinco años porque el color del otoño en los montes de Tobía es espectacular y se trata de una marcha muy agradable», indicó Inmaculada Alesanco, una residente en Calahorra, que se trajo a varias amigas entre las que figuraban Isabel Sota y Paula Abad, ambas con domicilio en Aldeanueva de Ebro. «Acudimos porque el paisaje es muy diferente al de Aldeanueva, que es todo viñedo», afirmó la primera.

Les aguardaban cinco horas aproximadas de caminata entre hayedos (Tobía posee el de mayor extensión de La Rioja), robledales y este año, como novedad, se cruzó el pinar de repoblación plantado hace medio siglo. «Esta zona tiene todos los encantos del mundo», valoró Teresa Larrea, de Baños de Río Tobía, una habitual de las marchas por el Najerilla que no quiso perderse esta junto a Marian Fernández (de San Millán de la Cogolla), Valvanera y Servando Hernández (de Anguiano) y Cecilia Ballesteros (de Baños de Río Tobía).

Y así, los caminantes completaron un paseo que coronó los 1.500 metros acompañados por el murmullo de los manantiales, los cencerros de las vacas y un sol luminoso más propio del verano que de un otoño.