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La pequeña localidad de Ventosa, siempre activa en el panorama cultural y de ocio, está inmersa hasta la tarde del sábado en la celebración de su festival gastro-hidromiel. Los actos arrancaron el jueves y el viernes, con pincho-pote, recreaciones de cuentos medievales y ... una cena vikinga. Sin embargo, es en los dos días de fin de semana cuando se concentra el grueso de la feria.
A lo largo de la jornada de este sábado, hubo un concurrido mercado artesano, diseñado en forma de pasillo en el jardín del negocio Campomiel. Allí, además de los típicos puestos de bisutería o embutidos, hubo originales propuestas. Por ejemplo, la coctelería de Javier. Este logroñés, profesional de ese ámbito, preparó 'néctar de los dioses' o 'elixir vikingo'. «Me encanta venir a estas ferias, lo paso en grande y es otra manera de darse a conocer», relata.
Otro de los puestos que atraía más el ojo del público fue el de calcetines de lana. Por sus alrededores andaba Álvaro, un tudelano que se acercó a Ventosa para disfrutar del día. «Me encantan este tipo de fiestas, además ha salido soleado, así que no puede pedirse más», confiesa el navarro. Seguro que él, como muchos otros, se quedaron a divertirse con los espectáculos de lucha medieval, con la comida de menú vikingo o con el vespertino concierto de música folk.
Durante el domingo, el festival gastro-hidromiel contará con otra ronda del mercado artesano (a partir de las 10.30 horas), un taller de decoración de escudos para niños (11) o la cata de cuatro hidromieles a cargo de un maestro apicultor (13.15 horas). Previsiblemente, al igual que en la jornada del sábado, cientos de personas irán a Ventosa a gozar de la original y sabrosa fiesta.
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