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La VI marcha por las aldeas de Ojacastro reunió ayer a unas 315 personas, aproximadamente, en un itinerario que se anunció de 18 kilómetros, no demasiado exigente, por parte del bonito entorno natural de la villa riojalteña, que sigue mostrando unas tonalidades verdes más cercanas a la lejana primavera que al otoño que pide ya paso.
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La cita organizada por la Asociación de Amigos de Ojacastro, con la colaboración del Ayuntamiento, las asociaciones de mujeres y de jóvenes y la sociedad de cazadores, comenzó a las 8.30 horas y finalizó a distintas horas frente a unas patatas a la riojana que valieron el aplauso unánime de los comensales que llenaban el comedor.
Nadie se arrepintió de haber cambiado 10 euros por la camiseta -del mismo color que el cielo de ayer-, dos avituallamientos, comida y, sobre todo, por una buena mañana de sábado, plena en magníficos paisajes y mejor ambiente. Todos quedaron con ganas de volver a la del 2019.
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