En Ojacastro, la tradición volvió a cumplirse ayer... con mucho gusto. Cientos de personas acudieron en la localidad riojalteña a por las 'habas de San Antón que con mucho trabajo y esmero prepara cada año la cofradía advocada al santo. Seis ollas, más otra de caldo, contuvieron el calórico puré bendito, formado, además de por habas, por alubias, cebolla, jamón, especias, muchas guindillas... Tienen que picar. También chorizo, que da sabor y después se reparte, en forma de generosos pinchos, para aliviar la espera, igual que los inquietos porrones de vino con los que muchos saciaron su sed poniendo a prueba el pulso. Con cada cazo repartido entre los vecinos de ésta y otras localidades del entorno iba quedando atrás una jornada que para los cofrades fue de madrugón y no parar, turnándose para remover un condumio con afán a 'pegarse' a la pared de las cazuelas.
Publicidad
Y mientras la tradición se iba fraguando, sobre un fondo de música de la charanga, alguien contaba que esta tradición proviene de una antigua caridad y que no hace tanto, 40-50 años, aún venían pobres de la zona a reponerse con este calórico plato. «Entonces se ponían dos calderas de cobre... y sobraba», se escuchó. Ayer se repartieron unas 2.000 raciones. La culpa la tienen ellos, por hacerlas tan ricas...
¡Oferta especial!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.