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El Ayuntamiento de Navarrete lleva años colaborando con diferentes ONG como Amor Sin Barreras, a las que se dedican las recaudaciones de degustaciones y otros eventos. En la última edición del Fin de Semana Solidario, celebrado en octubre, se recaudaron 5.000 euros que ... se donaron a Anacaona, Amor Sin Barreras y Hospitaleros Sin Fronteras, con proyectos en Haití, Senegal y Kenia.
Precisamente para conocer el proyecto de Amor Sin Barreras que se desarrolla en Turkana (Kenia), y con el que el Consistorio navarretano firmará un convenio próximamente, la concejala de Cooperación, Ruth Romero, ha viajado a África y ayuda en Pole Pole, un centro educativo junto a otro de salud, Santa Marta. El objetivo de la expedición, que viajó el pasado 9 de enero y en la que también participa la edil de Haro Arantxa Carrero, es analizar las posibilidades de crear una entidad local con la que generar trabajos, si bien la labor diaria consiste en proporcionar educación, sanidad y alimentación básica a los 51 niños de la tribu.
«Nos presentaron el proyecto, nos enamoramos de él y nos invitaron a conocer la guardería Pole Pole, con niños necesitados de hasta 6 años que empiezan con desnutrición pero, a diario, ya disponen de cuatro comidas», explica Ruth Romero desde Kenia.
«Parece un tópico pero, aunque parezca que vamos de salvadores, son ellos los que nos dan lecciones de vida a nosotros. No tienen nada, pero se ayudan entre todos», expone Ruth Romero. La tribu de Turkana es de pastores de ovejas y camellos en una zona desértica, por lo que sufren mucho las sequías.
«Son supertrabajadores, y muy duros, lo que necesitan es que les ayudemos a generar trabajo. Todo lo deciden en común y transmiten mucha paz, viven en comunidad y piensan mucho en el prójimo», declara Ruth Romero. Desde África, la concejala comprueba el trabajo que se realiza en Pole Pole, por ejemplo, con la bomba donada por el Consistorio navarretano, con la que riegan los huertos. «A nivel personal te replanteas muchas cosas de Occidente, de lo que te da la felicidad, que en realidad es la comunidad, no comprar y tener», opina Ruth Romero.
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