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MARTA HERMOSILLA
Jueves, 1 de julio 2021, 02:00
Una veintena de niños y niñas de toda La Rioja volvieron a enfundarse su maillot de triatlón el pasado sábado en una actividad que recordaba la vida antes de la pandemia. Después de más de un año de parón, la Federación Riojana de Triatlón volvió ... a la carga con la celebración de esta prueba de promoción para los triatletas del futuro que se llevó a cabo en el recinto de las piscinas climatizadas de Nájera. Ni el calor ni los meses fuera de las pistas mermaron las ganas de unos jóvenes, de entre 3 y 15 años, que se dejaron el resto en el circuito demostrando el alto nivel del deporte escolar riojano.
El termómetro marcaba los 31 grados cuando los primeros valientes saltaron a las piscinas del 'Aqua Nájera'. Los más mayores, de la categoría cadete (14-15 años) e infantil (12-13), estrenaron la vuelta de los triatlones escolares con una prueba de natación de 200 metros que se resolvió con toda celeridad. La competitividad era algo palpable y los primeros que cumplieron con los ocho largos bajo el agua salieron deprisa a recoger sus bicicletas para la siguiente fase de la prueba. Después de cumplir con un recorrido de 7 kilómetros, se echaron a la carrera durante 2 kilómetros más. Hubo que esperar apenas unos minutos para empezar a ver a los primeros atletas acercándose a la línea de meta desde el Paseo San Julián. Las madres y los padres, dispuestos alrededor del arco de llegada, animaban a sus pequeños instantes antes del final.
Alejandro Martínez Barrio fue uno de esos atletas que están destinados a representar a la comunidad en las pruebas de triatlón nacionales. Con apenas 14 años, este joven logroñés participó el pasado sábado en el décimo triatlón de su carrera deportiva que compagina además con sus estudios. «Soy un gran fanático del deporte y cuando vi que se iba a celebrar un triatlón en Nájera ni me lo pensé. Ha sido un día muy bonito aunque sí que es cierto que el recorrido en bicicleta nos ha costado más a todos porque había bastantes baches», destaca el atleta de Logroño.
Mientras los más mayores finalizaban exhaustos su prueba, las categorías inferiores se preparaban en el filo de la piscina. Llegó la hora de los alevines (10-11 años) y los benjamines (8-9 años) quienes, pese a su temprana edad, demostraron un ahínco característico de los más profesionales. Los últimos en salir fueron los prebenjamines, que englobaba a niños de edades comprendidas entre los 3 y 7 años, que disfrutaron de un recorrido adaptado a su edad con apenas 15 minutos de duración. La más pequeña de todos fue Chloé quien con su bicicleta de princesas y ruedines puso el broche de oro de un triatlón escolar que recobra el pulso después de más de un año y medio de parón.
Raúl Adán, presidente de la Federación Riojana de Triatlón, destacó la importancia de la vuelta de este tipo de pruebas de promoción. El del sábado, fue el primer triatlón que Nájera ha acogido como sede llegando a cumplir todas y cada una de las expectativas de la organización: «Es un lugar ideal para la celebración de este tipo de competiciones escolares ya que el terreno es llano, hay mucha sombra y tan solo hay un cruce de tráfico por lo que es muy seguro para los críos».
A pesar de la escasa participación de este año, con 20 inscritos, el presidente manifestó que «los principios siempre cuestan un poco más pero esto es el renacer del triatlón escolar». Un triatlón que puede servir de preparación para todos aquellos jóvenes que puedan convertirse el día de mañana en el futuro del deporte riojano fuera de la comunidad.
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