El taller de arte najerino se pone en marcha el próximo octubre

El taller de arte que en Nájera organiza y gestiona la artista Ana Valdivielso tiene previsto arrancar el próximo mes de octubre, como de costumbre desarrollando sus clases y demás actividades en las instalaciones del Najerafórum. Las actividades formativas que se impartirán serán las de dibujo, pintura, cerámica, moldeado y trabajos manuales, y están orientadas a niños y adultos.

Su directora, Ana Valdivielso, señalaba ayer que «quienes quieran tomar parte en los talleres pueden ir realizando la inscripción, simplemente llamando al teléfono 686 118 800, aunque a lo largo de todo el curso, que dura hasta el mes de mayo normalmente, el que así lo desee se puede ir sumando, siempre y cuando haya plazas disponibles. Para concretar fechas y horarios me pueden llamar a ese teléfono».

En ese sentido, advertía que el taller «está abierto no solo a los najerinos, sino también a cualquier persona de la comarca que tenga interés en participar, de todas las edades, ya que por un lado van los pequeños y por otro los mayores, entre los que se encuentran de todas las edades».

Los horarios son flexibles, de mañana y tarde, aunque por lo general los de mañana suelen ser frecuentados por los mayores, especialmente jubilados, y en el horario vespertino tienen mayor afluencia los niños y la gente que trabaja.

Las clases que se imparten ofrecen «dibujo con diversas técnicas: lápiz, tinta, carboncillo, acuarela, óleo... todo depende de los intereses de cada alumno». Con los niños, apunta Valdivielso, «también hacemos cerámica, modelado y, sobre todo, en este caso, cambiamos mucho de temas porque de lo que se trata es de que se lo pasen bien, que aprendan pero divirtiéndose, ya que no tienen la capacidad de concentración de una persona mayor y hay que ser más flexibles en ese sentido».

En el caso de los mayores, «lo más frecuente es que quieran aprender a pintar al óleo, pero los hay que acuden a aprender a dibujar o a pintar con otras técnicas. Se trata de algo muy personal, no se dan clases de una manera lineal, sino que cada cual me expone lo que quiere aprender y yo le instruyo. En cada clase solemos estar poca gente, para poder actuar de una manera más individualizada».

El pasado curso participaron en los talleres en torno a cuarenta pequeños y alrededor de una veintena de adultos.

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