La peña Malpica tomó el relevo

Al son de los temas musicales festeros 'de toda la vida', el pasacalles acabó desembocando en la calle Descampado, donde, en el restaurante El Trinquete, peñistas y músicos dieron cuenta de la comida de hermandad típica de esa jornada.

Tras la sobremesa llegó el turno de los juegos de mesa. Las partidas de mus, tute, brisca o hasta de tenis de mesa se fueron sucediendo hasta que llegue la hora del pasacalles vespertino, en esta ocasión para recorrer los barrios de Samaniego y Zabaleta, para que no se quedase ni un palmo de terreno urbano sin animar.

De vuelta al casco histórico, y muy cerca de donde tienen la sede los del blusón negro, se ocuparán de reponer las fuerzas gastadas con una cena de picoteo en el bar La Plaza.

Mañana martes es la víspera del ya citado segundo hito festivo de junio. Entonces regresarán las vueltas y se supone que los najerinos, comarcanos y forasteros las abordarán con todas las ganas del mundo, no hay que olvidar que hasta el 2023 no regresarán. La circunstancia de que sea en día laborable y entre semana hace suponer que la afluencia baje algo con relación a las del pasado viernes por San Juan.

Eso sí, sean más o menos multitudinarias, todos están deseando que sean disfrutadas en tan buena armonía como las anteriores.