No fueron unas 'vueltas' al uso. La música no emanó del quiosco del Paseo de San Julián ni recorrió la calle Mayor hasta Santa María la Real, pero las canciones más características volvieron a escucharse de la mano de una charanga que revivió la tradición ... más icónica de Nájera. La pandemia no ha permitido que pudieran celebrarse las 'vueltas' en su plena esencia, pero ayer, la Peña Juventud quitó la espinita de cientos de najerinos que bailaron en las gradas de La Salera los ritmos sanjuaneros gracias a unas 'Chiqui-vueltas' pensadas para los más pequeños de la casa.
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Alrededor de medio centenar de familias se congregaron a las 12.30 horas en el campo de fútbol donde la Charanga Najerilla comenzó sus compases festivos. Dos horas de disfrute en las que grandes y pequeños recuperaron las sensaciones perdidas.
«Nuestro objetivo siempre ha sido que los niños y niñas de Nájera conozcan y vivan desde dentro las tradiciones de su pueblo», aseguraba uno de los fundadores de la entidad, Rafa Tremps. Y ese cometido se cumplió ayer con creces en una actividad habilitada para todos los públicos en el que la fiesta estuvo constantemente contenida intentado cumplir con todas las medidas de seguridad. Hubo control de temperatura a la entrada, aforos y separación de los participantes por grupos familiares.
Aun con todo, Nájera y su gente volvió a revivir ayer unas 'vueltas' arrebatadas por segundo año consecutivo a consecuencia de la pandemia. Niños de todas las edades disfrutaron junto a sus padres y abuelos de una tradición que pasa de generación en generación y que ayer, la Peña Juventud de Nájera, recuperó al unísono de 'Ay Manolé'.
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