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Las Voces de la Lengua son ya de sobra conocidas en nuestra comunidad y se han dejado escuchar en todo el territorio que va desde Nájera hasta San Millán de la Cogolla, pero todavía no lo habían hecho en un formato tan cercano, social y ... voluntario como el que se vivió el viernes por la mañana, en la Residencia Santa María La Real, y por la tarde, en la Residencia Palacio de Rodezno (Asprodema), ambas en Nájera. Juan Sobrino, director de la Biblioteca de Soto del Real, es el precursor de 'Lecturas que hilan vidas', esta iniciativa que ha tenido su punto de partida en sendas residencias najerinas, y en la que participaron seis voluntarias de Nájera: Sara, Idoia, Leti, Palmi, Mercedes y Maricarmen.
La sesión de la mañana tuvo lugar en la residencia de personas mayores de Santa María la Real, y por medio de textos, cuentos y poemas de Gabriela Mistral, Ana María Matute o Gloria Fuertes, entre otros autores, las voluntarias y Juan Sobrino acompañaron durante una hora a trece mayores que les escucharon con mucha atención. Dos de los relatos que más gustaron entre los asistentes fueron el de 'La principita', de Irene Vera de la Fuente y Sara Rodríguez, y un fragmento escrito por el poeta najerino Desiderio Cerrajería, en el que se evocan las fiestas de San Juan de la localidad, y que trajo muy buenos recuerdos de las 'Vueltas' a muchos de los asistentes. Esta primera sesión de 'Lecturas que hilan vidas' tuvo la suerte de contar también con la participación de los actores Ana Cris y Juanma Navas, que representaron unos minutos de 'La lengua en pedazos', obra que durante esta Semana Santa han interpretado en el Monasterio de Yuso.
Por la tarde, fue el turno de la Residencia Palacio de Rodezno, de Asprodema, donde cinco usuarios escucharon con atención, durante otra hora, más lecturas de las voluntarias. En este caso, una de las favoritas fue la de 'El hombre del chocolate', con la que a más de uno se le hizo «la boca agua» al escucharla.
Lo más bonito de esta iniciativa es ver el disfrute de sus oyentes, y que algunos de ellos se animen a participar, como en la residencia de mayores, donde un hombre, con sus 82 años, se lanzó a recitar de memoria un poema que aprendió en el colegio cuando tenía nueve años; o cómo en la residencia de Asprodema, donde algunos de los usuarios se comprometieron a leer ellos también en la próxima sesión de 'Lecturas que hilan vidas'.
Residentes y trabajadores de estas dos residencias najerinas se mostraron muy agradecidos a la organización y a las voluntarias por esta iniciativa, y confesaron que están deseosos de que se pueda repetir muy pronto. Y ese era precisamente uno de los objetivos de Juan Sobrino al idear esta actividad, poder crear un espacio de escucha activa y de acompañamiento que se pueda repetir, al menos, una vez al mes.
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