Nájera regresa por un día al siglo XIII

Antes de comenzar con la representación, actores, Corporación municipal y artistas del mercado medieval partieron en comitiva desde el Ayuntamiento de Nájera y hasta el monolito del paseo, donde el edil de Cultura y Turismo, Saúl Manzanares, se encargó de la lectura del pregón, que recuerda el motivo por el que los najerinos se reúnen allí cada año. Una tradición gracias a la cual, según cuentan algunos, Nájera puede conservar su paseo San Julián, ya que según esta historia, si un año se dejase de celebrar este acto, el paseo pasaría a pertenecer a la vecina localidad de Tricio.

La mayoría de los asistentes escucharon atentos la lectura del pregón por parte del concejal Manzanares a través de la megafonía, mientras cogían un buen sitio en el paseo para poder presenciar la representación en primera fila, algo que muchos no lograron debido a la magnífica afluencia de público que se juntó ayer en este espacio. No era difícil ver a varias personas con una ramita de laurel en la mano, otra de las tradiciones que giran en torno a este día festivo en la antigua capital del Reino de Nájera-Pamplona.

Una vez terminado el pregón con un sonoro «¡Viva Nájera!», y después de escuchar el himno de la ciudad, dio comienzo la escenificación, en la que participaron más de medio centenar de actores y actrices najerinos, además de algunos de los artistas que este fin de semana han estado amenizando el Mercado Real del Casco Antiguo. Las mujeres del grupo de baile de Nájera, los peregrinos y los artistas medievales sirvieron de preámbulo antes de que doña Berenguela y su corte entrasen en escena para recrear la aclamación de su hijo Fernando III como rey de Castilla, bajo la atenta mirada de los asistentes.

Después de la representación, a cargo de la Asociación Amigos de las Crónicas Najerenses, y tras un merecido aplauso del público, la comitiva al completo volvió a partir hacia el otro lado del río Najerilla, en este caso hasta el Mercado Medieval, el cual gran parte del público aprovechó para visitar, puesto que era su último día abierto.