Los madrugadores najerinos abren las puertas del cole

La campana del colegio Sancho III El Mayor, de Nájera, volvió a sonar ayer, puntual como siempre, a las nueve de la mañana, marcando así el inicio de un nuevo curso escolar. Pero un ratito antes de que decenas de niños y niñas se reencontraran con sus compañeros y profesores después de las vacaciones de verano, unos cuantos alumnos ya habían tenido la suerte de ser los primeros en volver y de abrir las puertas del cole: los madrugadores.

Una decena de peques de Infantil y Primaria comenzó el día entre juegos, risas y diversión gracias a este servicio de 'madrugadores', ofrecido por El 'cole de María'. Ayer, al ser el primer día, el grupo era un poco más pequeño que de normal, pues «muchos padres se piden libre para poder traer a sus hijos en el inicio del curso», cuenta María Lacalle. Eso no impidió que disfrutaran y comenzaran el día llenos de energía gracias al trabajo, en este caso, de María. «Ya que tienen que madrugar y ser los primeros en llegar», explica, «tratamos de que sea una experiencia en la que estén contentos y aprendan, y que vayan al cole con las pilas recién cargadas».

Juegos de cartas y tradicionales, libros, juguetes, manualidades... Un sinfín de actividades para que los peques se lo pasen en grande durante este ratito en el que, «como cada uno viene a una hora, buscamos diferentes actividades que les gusten y que puedan elegir», resalta María. Una de las más pequeñas, ya con su bata preparada, no escondía sus ganas de empezar el cole para volver a ver a sus amigos, y confesaba que lo que más le gusta de los 'madrugadores' es poder «jugar con todos los juguetes».

El Cole de María ofrece este servicio de madrugadores, con horario flexible que va desde las 07.30 a las 09.00 horas, en los colegios najerinos Sancho III El Mayor y San Fernando. «Acogemos a los nenes cuyos padres tienen que levantarse pronto. Es un servicio muy conciliador, porque en muchos casos esos padres tienen luego toda la tarde libre para estar con sus hijos», algo que, como indica María, «hace que merezca la pena madrugar un poco más».