El largo camino hacia la estabilidad, desde las urnas al acuerdo con Ciudadanos

La noche del pasado 26 de mayo, tras el escrutinio de las municipales en Nájera, la victoria del PSOE encabezado por Jonás Olarte dejaba una sensación con cierto regusto agridulce a los socialistas. Por una parte habían logrado incrementar el número de sufragios, y lo que era mejor, la suma total suponía aumentar su presencia con un concejal más. Sin embargo, de nuevo se encontraban sin la suficiente mayoría para gobernar en solitario o con el apoyo de su fiel socio, el Partido Riojano. No cabía duda, había que buscar aliados, tanto para revalidar la Alcaldía, como si se quería conseguir una gobernabilidad sin sobresaltos, lejos de lo vivido en la legislatura pasada.

En cuanto al primer cometido, la fidelidad de los regionalistas, que votaron a Olarte para alcalde, sirvió para que, como lista más votada, el socialista volviese a empuñar la vara de mando municipal. Tanto Cambia Nájera, como PP y Ciudadanos, cada cual votó a su cabeza de lista.

Quedaba entonces la tarea de buscar la manera de encontrar una fórmula que diera el sosiego necesario para poder sacar adelante cada año el presupuesto municipal, y con ello una estabilidad que no había habido en los últimos casi cuatro años. Mantenida la fidelidad de los regionalistas, el acuerdo con Cs parece haber significado ese sello de estabilidad.