Elvira Barrio | Fisioterapeuta
«Lo que más me gusta es ver cómo nuestros mayores recuperan la ilusión por vivir»Elvira Barrio | Fisioterapeuta
«Lo que más me gusta es ver cómo nuestros mayores recuperan la ilusión por vivir»La joven Elvira Barrio Saralegui (Nájera, 1997) dejó las clínicas urbanas para volver a sus raíces y emprender. Motivada por el cariño hacia las personas mayores, ha iniciado este otoño un servicio de fisioterapia rural a domicilio, especializado en patologías neurológicas. Ella nos explica ... la importancia de recuperar un estilo de vida activo.
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– Lo primero de todo, ¿cuál es su formación y experiencia?
– Estudié fisioterapia en la Universidad Pública de Navarra, porque siempre me ha gustado el mundo de la actividad física. Después, realicé un máster de Neurología en la Universidad Europea de Madrid. También he hecho bastantes cursos específicos. Desde entonces, he trabajado en clínicas especializadas en neurología, dolor crónico y en una residencia de ancianos. Esto, entre Logroño y Vitoria. Pero, adicionalmente, doy clases de pilates en unos cuantos pueblos.
– ¿Por qué la decisión de volver a Nájera y emprender?
– Porque me gusta el ambiente rural de mi lugar de nacimiento. También creo que aquí, en la comarca de Nájera, cada vez viven más personas mayores, pero sigue existiendo una escasez de servicios para cubrir sus necesidades. Además, en el aspecto personal, me encanta estar con ellos y disfruto de su compañía.
– ¿Qué tipo de pacientes tiene y cómo les ayuda?
– En el mes y pico que llevo, por ahora tengo personas de entre 65 y 80 años. Aunque hay alguno más joven, que ha sufrido ictus. Respecto a cómo les ayudo, siempre me planteo tres retos. El primero, fortalecerles para que sean capaces de hacer las transferencias, es decir, levantarse de la cama o ponerse de pie por sí solos. El segundo, que logren moverse con seguridad. Y el tercero, motivarles a recuperar las aficiones y rutinas perdidas por la edad o la enfermedad.
– ¿Cree que, a veces, las personas mayores se autolimitan?
– Puede ser, por eso mi labor también es un poco de psicóloga. Pasa mucho que, a partir de cierta edad, las personas dejan de hacer planes porque se sienten que molestan o que no son útiles. Odio ver a nuestros mayores tristes. Además de ayudar a ponerles en forma, yo siempre les escucho para entender sus preocupaciones. Es la manera de evitar el aislamiento social.
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– Dejando a un lado la psicología, ¿cómo son sus clases de fisioterapia y qué es lo que más le gusta de este trabajo?
– Diferentes y adaptadas a las necesidades de cada paciente. Según sus capacidades, planteo distintos ejercicios físicos para ayudarles a mejorar la movilidad e independencia. Sobre todo, son clases cercanas y personales. Lo que más me gusta es ver cómo nuestros mayores recuperan las ganas y la ilusión por vivir.
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