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Era un proyecto que se gestó hace tres años, pero que la pandemia obligó a posponer. Ahora, ya con las condiciones sanitarias en mejor situación, se ha podido hacer realidad. Todo comenzó cuando la junta directiva de la Coral Najerense, que preside Flor Burungiu, se planteó que, con el fin de dar continuidad a la coral de adultos, no estaría mal poner en marcha una versión infantil y juvenil.
Dicho y hecho, se prepararon carteles para convocar a la gente menuda y se corrió la voz a fin de que se presentasen voluntarios. Pero, cuando ya se habían presentado unos cuantos candidatos y hasta se había realizado alguna prueba de voz, llegó la pandemia y hubo que parar.
Su director, el diplomado en magisterio musical y licenciado en investigación de la música, Héctor Rubio, venezolano residente en Logroño, relataba ayer esas primeras peripecias que, aunque él entonces aún no era el responsable de dirigir a mayores y pequeños, conoce bien por referencias.
Con la situación más destensada, «cuando ya se pudo retomar la vida social volvimos a retomar el tema». Como en muchas otras actividades, ese renacer se tuvo que realizar a través de internet. «Yo les mandaba vídeos explicativos, enseñándoles canciones y ellos los veían en casa y estudiaban». De hecho, cuenta que los más pequeños «se grababan en whatsapp con la ayuda de sus padres y me enviaban sus ensayos para que yo analizara cómo iban sus progresos».
Ya el pasado año y cuando las normas sanitarias restrictivas se fueron relajando, «nos pudimos reunir en el salón de ensayos del monasterio de Santa María la Real y empezamos con 14 niños, pero luego algunos lo dejaron porque estaban con otras actividades extraescolares, así que ahora somos 12». Sus edades van desde los 6 a los 12 años.
El director de este Coro Infantil Najerense asegura que los peques «están muy motivados y muy contentos», tanto que según advierte, «a veces cuesta hasta tranquilizarlos, porque vienen muy contentos, como con mucha euforia y tengo que calmarlos».
Así las cosas, antes del debut que llevaron a cabo, con mucho éxito por cierto, el pasado domingo en la iglesia del monasterio, «ya cantaron en una pequeña actuación en el otro monasterio, el de las monjas clarisas, pero ese día quienes estuvieron escuchándoles fueron familiares y amigos».
El futuro de la Coral podría estar asegurado con estos niños.
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Sergio Martínez | Logroño
Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
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