«Si el Círculo deja de existir, el local pasaría a manos de la Iglesia»

– ¿Cómo fue el entrar a llevar la conserjería del Círculo?

– Estaba en el paro de mi oficio de carpintero y me propusieron apuntarme. Presenté el pliego y la junta me lo dio a mí.

– ¿Ha cambiado mucho el trabajo?

– Pues no, prácticamente es el mismo.

– ¿La clientela sí?

– Lamentablemente y debido a causas naturales, he perdido mucha.

– ¿El trato con los socios ha variado?

– Sí. Porque antes era gente mayor, un poquito más cerrada y que pensaban como que esto era de ellos, y ahora es gente más joven que lo ven de otra manera. Ha cambiado.

– Habrá tenido que modernizar un poco la oferta, ¿no?

– Desde luego. Cuando entré no había ni televisión, ahora tenemos televisión con muchos canales. Aquí viene la gente a ver los toros, el fútbol... Por lo que se refiere a la barra del bar, hemos ido introduciendo pinchos, raciones y cazuelitas los fines de semana, incluida la posibilidad de llevarse esas raciones para casa. En eso hemos cambiado mucho porque al principio el bar eran los vinos, los cafés y las copas, nada más.

– En todo este tiempo tendrá alguna anécdota.

– ¡Qué sé yo! Bueno, sí, hemos hecho varias obras de mejora y como esto no se puede cerrar, hemos estado sirviendo a los socios con los operarios trabajando por aquí, pero no hemos cerrado nunca.

– ¿Cómo ve el futuro?

– No lo sé. El dueño del local lo cedió para el Círculo y siempre que haya un socio seguirá, pero si el Círculo desaparece, el local pasaría a la Iglesia.