El belén de 250 figuras de un joven de 14 años

La pasión de Víctor por los belenes es algo que le viene desde los 6 o 7 años, como corrobora su madre. «Empecé poniendo el belén en la esquina de la tele, pero se me quedaba pequeño», cuenta Víctor mientras coloca a la perfección unas velas led para que iluminen las figuras más importantes de su obra. Una obra que año a año ha ido creciendo un poco más, y que ocupa ya una habitación de su casa.

Este belén aglutina diversas escenas bíblicas relacionadas con la Natividad: «la Anunciación de María, el sueño de José, la Virgen de los Desamparados que es la madre de los inocentes, en una esquina tenemos el castillo de Herodes, el encuentro de María con su prima Isabel, María pidiendo posada, el camino hacia Belén, la escena del nacimiento, la adoración de los pastores, la llegada de los reyes, la Anunciación del ángel a los pastores o la huida de Egipto». Por eso, como explica Víctor, se trata de «un belén bíblico, aunque no sé si reúne todos los requisitos para ser considerado napolitano».

Aunque el tiempo aproximado de montaje del nacimiento es de un mes, lo cierto es que este es un trabajo mucho más largo. «Durante todo el año estoy viendo cosas e imaginándome cómo pueden cuadrar las escenas en el espacio que tengo», que como indica Víctor está limitado por la habitación, por eso «aprovecho las baldas y creo diferentes alturas» para ganar superficie.

Todo esto Víctor lo explica con gran orgullo mientras de fondo suena un hilo musical con diferentes villancicos rocieros (pues el joven también siente devoción por la Virgen del Rocío, que tiene su representación en este belén) que él mismo ha seleccionado y montado, y en el que se cuela también una parte de la canción de Nájera de la Crónica. Esta es otra de las particularidades de su belén, que cuenta con elementos muy propios de su ciudad, como «una representación de la Crónica con un monje que está en un balcón con el escudo de Nájera, y que nos anuncia que va a nacer la buena nueva».

Otro de los elementos que todo najerino reconocería es la cueva del monasterio de Santa María la Real, creada también por Víctor, y «adornada con vegetación natural». Porque muchos de los materiales que el joven ha usado para crear su belén son reutilizados: restos de poda, bolsas de papel para la creación del monte... Su imaginación no tiene límites.

«A mí siempre me ha gustado la Navidad, y el belén con sólo el nacimiento era pequeño. Con este, es una manera de conocer toda la historia de la Navidad, que se la explico a amigos o familiares que vienen a verlo», concluye Víctor mientras contempla orgulloso su gran belén ya terminado.