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Las últimas vueltas por este año, en la plaza de España y con el monumento najerino por excelencia como telón de fondo. F. D.

Apoteósica despedida de las vueltas najerinas

Con algo menos personal que en San Juan, najerinos y cuantos se quisieron sumar a la fiesta, cumplieron con el ritual festero en el día de San Pedro

Jueves, 30 de junio 2022, 02:00

Las vueltas de San Pedro, en Nájera, no fueron tan multitudinarias como las de San Juan, aunque tampoco estuvieron tan lejos en cuanto a presencia de gente, pero sí que volvieron a gozar de un ambiente inmejorable. Así que no es extrañar que el personal ... acabase en la plaza de España con semblantes de felicidad. Cansados, pero satisfechos de ver cómo se habían desarrollado los acontecimientos.

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Ya horas antes de la señalada para el comienzo del ritual festivo, las riberas del Najerilla ponían de manifiesto que la jornada no iba a contar con las masas del día 24. No obstante, eran numerosísimos los grupos familiares o de amigos que prendían sus lumbres para proceder al asado de las viandas del almuerzo.

La temperatura también era algo más cálida y todo el mundo fue dando cuenta de los asados, ensaladas, aperitivos y otros alimentos para tratar de comparecer en el Paseo San Julián en plenitud de energía.

Hasta allí llegaron los de la Agrupación Musical Najerense, para poner el ingrediente básico de la fiesta: la música. 'El baile chino', 'La Verbena de la Paloma' o 'El Molinero de Subizu', con sus letras 'ad hoc' elaboradas por los najerinos hace unas cuantas décadas, protagonizaron las tres vueltas en torno al quiosco de la música. Tampoco faltó esa incrustación jotera que tanto gusta y que cambia un poco el ritmo.

De nuevo durante las más de cuatro horas que duraron las vueltas, estas se desarrollaron de una manera ejemplar

Tras el refrigerio de los músicos, el cortejo se puso en marcha en dirección a la plaza de España. Fue entonces cuando ya entraron en liza los temas del 'Ay Viriato', el 'Ay Manolé' y hasta esa versión del 'Desde Santurce a Bilbao' con su apaño letrista local.

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Así fue marchando la comitiva hasta adentrarse en la estrecha calle Mayor, donde las presas y otros trucos hicieron más lento aún el discurrir del personal. Algunos desde ventanas y balcones procedían a refrescar a quienes ocupaban la calle.

Ya en la plaza de España, los músicos tocaron las tres últimas vueltas, más unos generosos bises que hicieron que la despedida se hiciese más llevadera.

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