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Quienes solo conozcan de oídas el desarrollo de las vueltas, su duración y su intríngulis de baile incansable y durante varias horas, tal vez se cuestionen cómo es posible que los participantes puedan aguantar tanto, máxime con las temperaturas en que normalmente se suelen desarrollar. Habrá que explicarles, tal vez, que horas antes de comenzar con la danza, los najerinos y visitantes se llenan bien la panza de ricas viandas. La costumbre dice, aunque haya casos excepcionales que busquen tal vez más comodidad, que los almuerzos pantagruélicos se lleven a cabo en las orillas del río Najerilla. Allí se hacen las hogueras y se da cuenta de los copiosos menús.
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