«Las fotos que hago tienen un discurso: es mi forma de ver el mundo»

Más o menos, en el 2006, porque gané un concurso de fotografía en la fábrica donde trabajo y con el premio me compré mi primera cámara réflex. Como no sabía usarla, me apunté a los cursos de fotografía de la Universidad Popular. Allí me enganché a la fotografía y vi que era mi pasión; pasé a la Casa de la Imagen, donde realicé un máster y luego he hecho cursos con fotógrafos.

¿Hace todo tipo de fotografía?

Esto es un trabajo específico, pero me he dado cuenta de que lo era con los años. A mí me cuesta mucho encontrar un tema que me mueva para fotografiar, pero en este caso, por casualidad, decidí ir a casa de mis bisabuelos para ver cómo estaba. Se trata de una casa deshabitada desde hace muchos años. Cuando fui, lo primero que vi fue un adorno de Navidad que había perdido unas letras y que, en lugar de leerse «Felicidades», se lee «Felicidad», que es lo que da el título a la exposición.

¿Cómo nace la muestra?

Desde el 2009, que fue cuando hice la primera foto, hasta el 2016, he ido muchas veces, sin pensar que estaba haciendo un trabajo específico, hasta que un día me dije: he realizado muchas fotos, quizás este trabajo merezca la pena enseñarlo. Así fue cómo surgió la idea de exponer. Pero es lo único que tengo específico. El resto de fotos son de cosas que me encuentro. Siempre llevo una cámara y cuando veo algo que me llama la atención, lo fotografío. En cualquier caso, si ves todas las fotos que voy haciendo, sí que tienen un discurso, ya que la final es mi forma de ver el mundo.