De la diversión a la contaminación

El colectivo señala que «antes de la crisis y al inicio de la misma se realizaron varios campos de paintball en La Rioja. En el caso de Nájera, el campo se encuentra cerrado hace tiempo».

Las consecuencias de dicho cierre son «unas instalaciones abandonadas y deterioradas», en cuyo recinto se pueden encontrar «residuos como una caseta de obra abandonada, cartuchos de caza, neumáticos usados, plásticos, lonas, restos de proyectiles de paintball, restos de madera, muchos ellos con clavos que ponen en riesgo a los paseantes», además de que «los elementos más ligeros se están dispersando por el medio natural por otras parcelas», amén de que «se encuentran zanjas por el campo de juego, con el riesgo que suponen para los ciudadanos».