Equinoccio de invierno en la iglesia de Yuso. IGNACIO LEJÁRRAGA

Sombras que iluminan al espectador

San Millán de la Cogolla. El antiguo teleclub de la localidad ha acogido durante la Semana Santa las proyecciones de un montaje fotográfico cuyo hilo conductor es el perfil del fotógrafo

FÉLIX DOMÍNGUEZ

Jueves, 8 de abril 2021, 10:09

Durante esta Semana Santa pasada, los vecinos de San Millán de la Cogolla y los visitantes que han estado atentos han podido disfrutar de una singular y original proyección de fotografías.

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Bajo la denominación 'La sombra de Ina', el emilianense Ignacio Lejárraga Nieto, Ina para ... los amigos y conocidos, ha hecho disfrutar de lo lindo a cuantos se han acercado al antiguo teleclub, donde bajo la organización del Ayuntamiento, a través de su dinamizador socio cultural, Jesús Torres, ha sido proyectada repetidamente.

El audiovisual, realizado con suma destreza y completamente por el propio Lejárraga, quien narra una historia, creada y escrita por él, sirve perfectamente para describir el Valle de San Millán y las numerosas virtudes que atraen cada año a tantos visitantes a la comarca.

Por medio de un total de 65 fotografías de la sombra del autor, en otros tantos momentos propiciados por su afición a la fotografía, su curiosidad por experimentar nuevas visiones de la realidad y, sobre todo, por su inconmensurable amor por la tierra que le vio nacer, surge la magia del audiovisual.

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La sombra va contando un recorrido desde la salida de casa hasta volver a ella, tras haber llegado hasta San Millán, haberse adentrado por el valle del río Cárdenas hasta llegar a lo alto del pico de San Lorenzo y volver a bajar hasta el pueblo.

Lejárraga, que tiene en la actualidad 73 años y ha sido mecánico, representante y agente comercial, ahora disfruta de la jubilación. Siempre ha sentido una gran inquietud por propagar a los cuatro puntos cardinales las virtudes de su tierra y ha realizado varias publicaciones dando a conocer sus riquezas culturales y patrimoniales.

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En el San Lorenzo, con el Valle del Cárdenas al fondo, junto a la Virgen de Valvanera, en el San Lorenzo, y ante los arcos mozárabes del monasterio de Suso.

Él cree que en su «curiosidad por la fotografía, que siempre me ha gustado mucho», puede estar la raíz de este proyecto que ahora ha visto la luz. Cuenta que «un día me fijé, mira que sombra más larga, y se me ocurrió poder hacer cosas curiosas con ello. Empecé a hacer pruebas y siempre con el fin de que mi sombra fuera la protagonista».

No obstante, le resta importancia a su original idea y señala que «como todo, ha ido surgiendo sobre la marcha, porque tengo recogidos muchos recorridos fotográficos por toda La Rioja y en ellos siempre ha estado presente el tema de la sombra, hasta que un día me decidí por centrarme en ello». Así que repasando sus colecciones fotográficas, asegura que tiene «sombras de estas de la mayoría de los recorridos que he hecho, en Galicia, en Jerusalén, en Murcia... y algún día completaré algo sobre todas estas, pero siempre mostrando lugares de interés».

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«Se han dado casos de que para una foto he tenido que ir hasta seis días a un lugar»

«Tengo especial cariño a la fotografía de la biblioteca del monasterio»

Pero una cosa es que te pongas a hacer fotos y te encuentres con la sombra y otra muy diferente es cuando ya vas buscando que ese efecto aporte a la instantánea algo especial, como es el caso.

«Cuesta mucho»

«Cuesta mucho, porque a veces hay que repetir muchas fotos, pero en este caso de las sombras más», reconoce «ya que el sol no sale siempre que tú quieres, ni con la fuerza que necesitas, por eso a veces he madrugado mucho y no ha servido para nada. Se han dado casos que para una foto he tenido que ir hasta seis días a un lugar y me he vuelto sin poder conseguir lo que quería».

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Cuenta que «alguna tan sencilla como una panorámica desde los montes de enfrente al pueblo, me ha costado tener que ir al mismo lugar y a la misma hora varios días». Y desde luego, la que se lleva la palma es «la del equinoccio de invierno en el monasterio, porque hay que hacerla un día determinado, a una hora y en un minuto exacto, porque es cuando el sol entra por una vez al año por ese óculo de la iglesia del monasterio y tiene que haber sol».

También siente especial cariño por otras dos, «la biblioteca del monasterio, en la que estoy con el prior Pedro Merino, y las del monasterio de Suso, de noche, que me tuve que pensar mucho y que, como representa un sueño, son con luz artificial».

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