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Más almazuelas, más artesanas, más turistas y más movimiento que nunca. Así fue la XII Fiesta de las Almazuelas de Pradillo que comenzó este sábado y que estrena la declaración de Interés Turístico Regional. «Es una satisfacción tremenda, después de doce años poniendo nuestro trabajo y creatividad, que lo reconozcan, pero ya desde que te dicen 'qué labor más bonita'», confiesa María Antonia Narro, una de las artesanas que todavía elaboran almazuelas y que organiza este evento.
Y es que Pradillo, además de sus emblemáticos e históricos bancos publicitarios a pie de la carretera N-111, cuenta con esta fiesta que resalta una tradición artesana que parte siglos atrás de la necesidad y actualmente se ha convertido en un arte de confección. «La almazuela más popular de Cameros es un bloque con tiras estrechas alrededor que se llama 'Cabaña de troncos'. Normalmente, lo que se conoce como 'patchwork' se trabaja del revés, mientras que en Cameros se hace del derecho y se queda un poco hueco, que es la característica especial de esta zona, además del buen trabajo», describe María Antonia Narro.
Pero realmente almazuelas se hacen en toda España y de todo el país acudieron a exponer sus trabajos a Pradillo. Tal es así que, además de premiar 'La Casa de las Almazuelas' a la vivienda mejor decorada, el Ayuntamiento de Pradillo y la Asociación Alternativa Turística Rural y Actividades de La Rioja (Altura) organizan un certamen de almazuelas al que se han presentado 51 piezas de La Rioja, País Vasco, Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares. Las almazuelas estarán expuestas en el Consistorio de Pradillo hasta el domingo, que se fallan los concursos. Así, de ser una manta, mantel o cubrecamas hecho, por necesidad, con retales de prendas rotas y viejas, para aprovecharlas al máximo, la almazuela ha pasado a ser una pieza de arte sin dejar de ser artesana.
«Almazuela es una palabra árabe y seguramente viene del sur, probablemente por la trashumancia, que traía novedades. Después ya hemos tenido más nivel económico y más posibilidad de comprar, aunque seguimos aprovechando telas», expone María Antonia Narro. Y ella misma ejemplifica que ha confeccionado alguna de sus almazuelas con trozos de corbatas, de la misma manera que ha realizado otras con telas teñidas adquiridas en Francia. «La creatividad es inmensa», subraya Narro. Tal es así que, aunque hay alguna parecida, todas son distintas, ninguna de las cientos de almazuelas expuestas en Pradillo son iguales.
Otras novedades de la fiesta de este año son las exposiciones, como 'Almazuelas de memoria' de Natalia Auffray, 'Chapa y pintura' de los artistas Francisco Gestal y Roberto Pajares 'El Pájaro' o las de Eva Berrade en 'El zaguán de Cospedal' y la de la familia Cariñanos-Benito de Ortigosa en 'El zaguán de la antigua Fonda'. En concreto, en la primera casa de Pradillo entrando desde Villanueva a la derecha, una antigua fonda que parece un museo etnográfico, se exhiben almazuelas del siglo XIX, como una de punto de cruz de 1893. «Aquí paraban viajantes, comerciantes... incluso Pepe Blanco. Todavía conservamos los números de las habitaciones», asegura el propietario de la casa, Francisco García.
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Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
Sergio Martínez | Logroño
Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
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