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Una familia posa con el mayo de la plaza del Molino de Lardero en la mañana de ayer. L.R.
La supervivencia de los mayos
LARDERO

La supervivencia de los mayos

La tradición ha persistido de forma simbólica en Lardero con la colocación en las plazas del Molino y de España y Villa Patro de tres simbólicos armazones

D. M. A.

Domingo, 2 de mayo 2021, 02:00

En el 2019 catorce grupos participaron en el concurso de los mayos que organiza anualmente el Ayuntamiento de Lardero. Entonces, 180 niños y niñas se reunieron en la plaza de España para mostrar sus lustrosos mayos y cantar canciones. Y es que esta fiesta se celebra de manera singular en Lardero, casi como una mezcla de Domingo de Ramos y Halloween, y de forma muy diferente a otros pueblos riojanos.

En algunas localidades, el mayo es un poste alto en cuya cima hay un regalo y quien logra escalar hasta arriba, por turnos, se lo lleva. En otros tiene más que ver con el inicio de las quintadas. En Lardero, en cambio, los niños construyen un armazón simulando un árbol, decorado con banderas y dibujos, y lo pasean para que las cuadrillas les agasajen con alimentos (chorizos, rosquillas, chocolate...), y en función de la recompensa componen una canción que cantan durante la visita del jurado en la exposición de todos los concursantes en la plaza.

Marta Elguea, concejala de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Lardero, explica que «hemos colocado tres mayos simbólicos para la celebración del 1 de mayo para recordar la tradición». Estos mayos se ubicaron a primera hora de ayer en la plaza del Molino, la plaza de España y Villa Patro, intentando abarcar los principales núcleos de población de la localidad. «Hace unos catorce años se empezó a organizar desde el Ayuntamiento un concurso para reactivar la tradición, cuando parecía que se estaba perdiendo, y desde entonces se reunían todos los participantes en la plaza», recuerda Marta Elguea. Hasta el año pasado.

«El año pasado paseamos un mayo por todas las calles del pueblo y la gente nos tiraba rosquillas», rememora Elguea

Durante el confinamiento severo de 2020 debido a la pandemia el Consistorio de Lardero aún quiso mantener la tradición. «El año pasado paseamos un mayo por todas las calles del pueblo con un camión y la gente nos tiraba rosquillas desde las ventanas», rememora con cariño Elguea. Un año después, la situación sigue lejos de ser la idónea, pero al menos es posible salir a la calle. «Hemos querido seguir teniendo presente la tradición, pero sin pretender que haya aglomeraciones, así que hemos colocado estos tres mayos para que los niños puedan verlo, pregunten y no se pierda.

Y cierto es que el gesto ha servido para recordar la fiesta. «¡Es verdad, que hoy eran los Mayos!», exclamaba ayer una mujer al toparse con el de la plaza del Molino. «Muchos han ido a fotografiarse», señala Elguea. La guinda será que el próximo martes se repartirán a Cáritas unos treinta lotes de alimentos de los que habitualmente se repartían a los participantes del concurso.

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