La empresa del director general de Cultura renueva su contrato con Lardero

El contrato privado para impartir el servicio de actividades musicales fue licitado por el Ayuntamiento de Lardero por 299.000 euros, correspondientes a dos años de plazo de ejecución más otros dos de posibles prórrogas. El servicio incluye la gestión de la escuela de música y de la banda municipal de Lardero. Assai Piu Música presentó una oferta de 64.472,4 euros anuales, por lo que, de cumplir los cuatro años, obtendría un ingreso total de 257.889,6 euros.

No es el primer contrato de este tipo que obtiene Assai Piu Música, en 2020 la empresa riojana ya fue adjudicataria de un servicio similar en Lardero, entonces por un valor total de 159.945 euros, con dos años de plazo más uno de posible prórroga. Hasta un año antes, 2019, Roberto Iturriaga había ejercido de concejal de Educación en el Ayuntamiento de Lardero, durante la legislatura popular de Juan Antonio Elguea. Eso sí, en ambos casos Assai Piu Música fue el único licitante presentado al concurso público y los contratos los ha firmado Alfredo Muñoz Arnedo, cofundador y socio de la empresa junto a Iturriaga.

«Cuando se presenta alguien a una licitación pides unos requisitos que debe cumplir la empresa, es un proceso ordinario. El hecho de que Roberto tenga o no un cargo, que sea moral o no, no me compete. Desconozco su implicación en la empresa, como de cualquier otra persona. Ha surgido así pero creo que es todo normal y legal», ha declarado Isabel Barceló, alcaldesa de Lardero. «Yo lo conozco como vecino de Lardero y te alegras de que tus vecinos tengan trabajo», confiesa Barceló, quien, eso sí, aseguro que fue otra persona, y no el director general de Cultura, como en Alberite, quien acudió a Lardero a presentar el nuevo curso.

La Ley del Gobierno e Incompatibilidades dictamina que sus miembros «ejercerán sus funciones con dedicación exclusiva y no podrán compatibilizar su actividad con el desempeño de cualquier otro puesto, cargo, representación, profesión o actividad, sea de carácter público o privado, por cuenta propia o ajena», aunque añade que permite «las actividades de producción y creación artística», eso sí, sin comprometer la imparcialidad o independencia de las funciones públicas. «El director general de Cultura no tiene ninguna causa de incompatibilidad de ningún tipo», sostiene el Gobierno riojano.