Mónica Bertó, en la puerta de la casona que han comprado. :: Javier Albo

Un hotel boutique para Grañón

Un matrimonio catalán planea abrir un establecimiento hotelero de cuatro estrellas en una casona del siglo XVIII

Javier Albo

Santo Domingo

Martes, 18 de diciembre 2018, 08:19

Mónica Bertó y Raúl Geremías son de Lloret de Mar. Ella es maestra, él trabaja en una empresa de maquinaria. Allá por el año 2015, el estrés de la populosa costa empezó a 'quemarles' y se plantearon un punto y aparte en su vida, en un cambio.

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Su idea era trabajar en el turismo y empezaron a escribir el renglón siguiente en La Rioja, tierra a la que solían venir, que les gustaba y en la que, importante, los precios eran asequibles , no como en Cataluña.

Andaban detrás de una casa solariega y, sobre todo, de una no ya hecha sino a la que pudieran imprimir su personalidad. Recorrieron varias localidades hasta que dieron con la conocida como 'Casa grande' de Grañón, pueblo que les gustó porque es un lugar tranquilo, al que el Camino de Santiago insufla vida y con una excelente ubicación, en medio de todo lo más turístico de La Rioja Alta. Hechos los cimientos de sus planes, les dieron el banderazo de salida en julio del 2016 con la compra del inmueble, del XVIII y que, en sus más de mil metros útiles hay una capilla en la que daba misa el obispo de Burgos.

Recreación de cómo quedaría la zona de patio. :: Francesc Rifé

El proyecto, realizado por el mundialmente reconocido interiorista y diseñador industrial Francesc Rifé, transformará por completó el edificio para convertirlo en un hotel boutique de 4 estrellas, caracterizado por sus ambientes exclusivos y personalizados. Para ello estiman una inversión total de 1,1 millones de euros, aproximadamente. El Ceip Rural ya ha aprobado una ayuda para financiar las obras, que tienen que estar terminadas para febrero del 2020.

El hotel será ecológico, dispondrá de 11 habitaciones, generará dos puestos de trabajo y en su restaurante se servirá todo sin gluten, con la idea de que lo certifique la Asociación de Celíacos. Los dueños aguardan noticias del banco ya que su sueño depende de que se les conceda el préstamo solicitado. «Da miedo porque la inversión es muy alta», confiesa Mónica, que agradece a Susana y Jesús, de la panadería, su ayuda en integrarse en la localidad, en la que además de un proyecto quieren vivir.

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