Homenaje en Cameros a una víctima de los nazis

El próximo sábado, a las 11.30 horas, la aldea Peñaloscintos de Ortigosa de Cameros celebrará un homenaje a Juan Antonio Pérez Martínez, asesinado en 1941 en el campo de concentración de Gusen (Austria). Juan Antonio Pérez Martínez fue uno de los dieciocho riojanos que murieron en campos de concentración nazis durante la II Guerra Mundial. Aunque anteriormente se han hecho diferentes homenajes colectivos, sobre todo en el Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto, el de Peñaloscintos supondrá el primer reconocimiento individual a un asesinado por los nazis en La Rioja.

El Ayuntamiento de Ortigosa ha puesto el nombre de Juan Antonio Pérez Martínez a un parque de Peñaloscintos con una placa que informa: «En homenaje a él y a todas las víctimas del campo de concentración nazi de Gusen (Mauthausen), en su memoria y en defensa de la libertad». Además, el sábado se colocará una 'Stolpersteine', una piedra conmemorativa, en la casa donde nació. Estas piedras son esculturas del artista alemán Gunter Demnig y pertenecen a su proyecto en memoria del Holocausto. Las 'Stolpersteine' de Demnig se colocan en calles y aceras para honrar la memoria de las víctimas del régimen de la Alemania nazi.

El Parlamento de La Rioja y la Asociación para la Preservación de la Memoria Histórica de La Rioja 'La Barranca' ya promovieron el año pasado la colocación de placas con los nombres de los riojanos asesinados en Gusen y Mauthausen. Juan Antonio Pérez Martínez nació el 7 de noviembre de 1914 en Peñaloscintos, era agricultor, trabajó en la cantera de Ortigosa que extraía piedra para la construcción de la presa del embalse González Lacasa y era afiliado de UGT y CNT. Fue asesinado en Gusen el 2 de noviembre de 1941, a los 27 años, después de haber pasado antes por el campo de concentración de Gurs (Francia). «Cuando la familia nos propuso el 'Stolpersteine' nos pareció una buena manera para homenajear a este vecino víctima del nazismo y para que la gente conozca su historia», expone el alcalde de Ortigosa, Víctor Martínez.

«Juan Antonio era el hermano mayor de mi madre. Aunque por excedente de cupo no hizo la mili, al estallar la guerra lo movilizaron para el bando nacional. No tenía unas ideas políticas muy profundas, aunque era más de izquierdas. Y algo debió de ver en el frente que no le gustó, desertó y se marchó a Francia con intención de viajar a Argentina, pero regresó a Barcelona y se alistó en el Ejército Republicano», cuenta su sobrina, Lola Maza Pérez. «Al acabar la guerra, regresó a Francia y allí fue arrestado y conducido a Gurs. En Barcelona mantuvo correspondencia con la familia, pero después se le perdió la pista. Durante mucho tiempo no supieron qué había sido de él, hasta que uno de los hermanos, a través de Cruz Roja, supo que había muerto en Gusen», cuenta Lola Maza.

Hace 30 años, recuerda la sobrina de Juan Antonio Pérez, ya hubo un primer homenaje a las víctimas durante el gobierno regional de José Ignacio Pérez, pero fue a raíz del realizado el año pasado cuando se empezó a hablar en Ortigosa de dedicar alguna calle en el pueblo. «La idea nació en la anterior legislatura, aunque con el mismo alcalde. Y estamos muy felices y muy orgullosos porque han sido muchos años en los que Juan Antonio ha sido como mi tío invisible», confiesa Lola Maza. «Mi madre y mis tíos murieron con una media de 90 años y no decían nada por miedo. Después de tantos años de silencio nos daba hasta vergüenza hablar de él porque parecía un desertor, cuando lo único que hizo fue defender un gobierno democrático», declara su sobrina, satisfecha de poder hacer lo que no pudieron su madre y sus otros tíos.

«Que haya una placa a 50 metros de su casa nos llena de felicidad. Ojalá haya más homenajes, y más ahora que parece que se quiere olvidar la memoria histórica. En mi caso no es una cuestión política, sino de reconocimiento. Solo quiero que se reconozca que mi tío murió injustamente», señala Lola Maza.