Secciones
Servicios
Destacamos
Si eres una persona cívica, sentirás vergüenza. La asociación El Colletero sugirió a las mujeres de Nalda, con motivo del pasado Día Internacional de la Mujer, que contaran de forma anónima algunas de las situaciones que han vivido y que, quizá por vergüenza o ... temor, no han contado. Con la promesa de que serían historias anónimas, sólo con la edad de la protagonista como firma, El Colletero ha recogido esas situaciones, la mayoría avergonzantes para cualquier hombre con capacidad de reflexión, algunas suponen incluso un delito y otras infunden hasta miedo, y las ha expuesto en el salón sociocultural San Roque para concienciar de cuál es la realidad que sufren las mujeres de todas las edades en la actualidad.
Conductas que sobrepasan el abuso para adentrarse en la agresión. «Como mujeres, todas o casi todas hemos vivido situaciones difíciles o comprometidas solo por el hecho de ser mujer. Muchas no las hemos contado por vergüenza, por no saber a quién decírselo, por miedo, por temor a que se rían de nosotras o por creer que, en realidad, eran insignificantes», explica Fabi Pérez, presidenta de El Colletero, una asociación mayoritariamente femenina.
Las historias recogidas, de jóvenes de 23 años hasta adultas de 57, son a veces sutiles y otras denigrantes, pero todas son reales y cotidianas, recientes, machistas. Como el relato angustioso de una chica de 28 años que cuenta cómo un hombre la siguió hasta que, en un parque, empezó a decirle lo guapa que era y a preguntarle su nombre. «Yo tenía el móvil sin batería y le pregunté si me estaba persiguiendo. Él se reía y se acercaba hasta el punto de casi llegar a cogerme el brazo, pero yo me alejaba mientras le decía en voz cada vez más alta que no se acercara. Cogí mi móvil e hice como si estuviera llamando a la Policía, entonces se marchó corriendo», cuenta esta joven en uno de los testimonios.
«Estaba en Bilbao en la playa. Había ido sola. Me tumbé en la arena y empecé a disfrutar del solecito. En menos de 15 minutos había un grupo de hombres al mi lado preguntándome por qué estaba tan sola mientras me miraban de arriba abajo. Un hombre con su familia que tenía delante se giró para defenderme, pero no hizo falta. Les contesté que había ido sola porque me apetecía estar sola y que no me hacía falta ningún hombre para poder disfrutar o hacer lo que me apetezca en cada momento. Por suerte, el grupo de hombres se fue, pero, en muchas ocasiones, el final no es tan bonito».
«Mañana de verano en un banco de una céntrica plaza de Logroño. Me encontraba sentada y un señor de aproximadamente 70 u 80 años se sienta a mi lado y comienza a preguntarme cosas sobre mí: '¿A quién esperas? ¿Qué edad tienes? ¿Tienes novio? Qué guapa eres...'. Hasta que comienza a tocarme la pierna y decirme que estaba muy solo y que necesitaba cariño, mientras cada vez subía más la mano. Ante tal agobio empecé a decirle que me tenía que ir, pero él insistía en que me quedase. Terminé teniendo que irme de donde estaba ante tal situación».
«Un tío con el que salía se quitó el preservativo sin avisarme mientras manteníamos relaciones sexuales. Cuando le dije que eso que había hecho era una violación, me dijo que había sido un accidente y que yo era una exagerada, lo que me hizo sentir superavergonzada».
«Una de tantas, de las más asquerosas. Un día estábamos de fiesta y salimos al balcón a fumar una amiga y yo, cuando un hombre que pasaba se quedó mirándonos, continuó su marcha y después decidió volver y pajearse bajo el balcón. Tras gritarle y sacar el móvil para grabarle, se fue corriendo».
«Estar bailando y que me toquen el culo descaradamente. Desnudarme con la mirada haciéndome sentir muy incómoda. Perseguirme yendo a casa».
«Cuando tenía 17 años, a una amiga y a mí dos tíos nos intentaron meter en un coche y conseguimos escaparnos por poco».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.