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Las fiestas patronales de Haro terminan hoy, como acostumbraban, por todo lo alto. Y no solo por la situación geográfica de la imponente imagen de San Felices de Bilibio en lo alto de los Riscos que dan la bienvenida al Ebro al llegar a La ... Rioja, sino también por la gran cantidad de contendientes que acudieron este año a festejar el regreso de laBatalla del Vino de Haro.
El evento más esperado en Haro llegó en su último día. La misa en honor al patrón empezó a las 8.45, pero la ilusión, como el vino, comenzó a desbordarse antes. Miles de romeros se dieron cita de nuevo en la Batalla del Vino desde el más temprano amanecer en las campas de los Riscos de Bilibio.
La mayoría de ellos lo hacía a pie, pero también partieron autobuses desde el puente del río Tirón desde las 7 de la mañana, que estuvieron realizando la ruta hasta las 11.00, llevando viajeros al escenario de la contienda, con sus asientos forrados con plásticos. Y es que toda precaución resultaba adecuada, ya que junto a la interminable hilera de romeros que acceden andando a la zona estancial de barbacoas de los riscos, epicentro de la Batalla del Vino, transcurría un riachuelo de vino en sentido contrario, narrando como un testigo fiel la guerra que se está librando unos metros más arriba.
En total, según datos de la Policía Municipal, 5.000 personas participaron en la celebración, fiesta de interés turístico nacional, y derramaron 40.000 litros de vino. Según informó al término del evento Cruz Roja Haro, se atendió a diez personas en el puesto sanitario, todas ellas de carácter leve, y ninguna requirió traslado al centro sanitario.
Casi todos los romeros acudieron después a completar las 'vueltas' en torno al quiosco de la Plaza de la Paz, en una cita que se prolongó más allá del mediodía. También tuvo lugar una de las especiales imágenes del último día, en la que el regidor síndico –este año el Club Voley Haro– dirigió a los asistentes en romería a la plaza de toros, donde se soltaron seis vaquillas ante cientos de aficionados y valientes que se atrevieron a correr delante de ellas.
Tras el espectáculo, que finalizó pasado el mediodía, volvió la calma la ciudad. Como un soplo de aire fresco, el silencio se adueñó de las calles.
Han sido unas fiestas de San Juan, San Felices y San Pedro bien exprimidas, con mucha actividad infantil por las mañanas (toritos de cartón, desfile de gigantes y cabezudos, hinchables y marionetas) y en algunas ocasiones escasa durante las horas de la tarde para adultos.
Estuvo repartida por diferentes zonas –principalmente centralizada en la Plaza de la Paz, pero también en los Jardines de la Vega o la plaza Miguel Anzuela– y contó con destacada presencia musical, especialmente durante la noche, con conciertos de rock y música electrónica, orquestas, y la siempre aclamada presencia del espectáculo de la firma jarrera disco móvil 'Krossko', que no ha faltado en todas las fiestas.
Regresaron también algunas actividades muy populares como el concurso de condimentación de caracoles, que este año ha alcanzado su vigésimo séptima edición. Una cita muy seguida por la gran afluencia de público, que no pudo celebrarse en su última convocatoria, durante el pandémico 2020, por falta de participantes.
También volvieron las vueltas a la Plaza de la Paz, tanto después de la Batalla del Vino infantil como de la absoluta, amenizadas por charangas, el concurso de lanzamiento de gavillas y las vaquillas a la plaza de toros, estas una de las últimas actividades de las fiestas este año.
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