El Conservatorio Lucrecia Arana de Haro está de celebración y es que hace treinta años que abrió sus puertas para formar a alumnos en el arte de la música. Comenzó en el curso de 1994-1995 con una pequeña cantidad de profesores y alumnos y ... poco a poco ha ido creciendo hasta acoger a unos 125 alumnos de muchas partes de La Rioja incluso de otras comunidades que se acercan cada día a seguir con sus estudios musicales.
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Nació bajo el nombre de Conservatorio Elemental de Música de Haro y fue hace cinco años cuando consiguió su nombre: Conservatorio Lucrecia Arana. Una jarrera que nació en el año 1881 en una familia pobre hasta que un día la familia bodeguera López de Heredia la escuchó cantar. En ese momento, enviaron a la joven a Madrid para que estudiara con los mejores profesores mientras trabajaba en la sucursal de la empresa vinícola. De esa manera, comenzó su carrera en la música con la que recorrería España y cosecharía un gran éxito con la compañía del Teatro de la Zarzuela.
«Lucrecia Arana fue una mujer adelantada a su tiempo, una mujer que reunía muchas características de lo que podemos llamar la Edad Moderna», afirma Francisco Javier Almenara, director del centro.
Asimismo, Almenara compara los pasos de Lucrecia con los que han realizado cientos de alumnos que han cursado en el centro. «Muchos de los jóvenes que han pasado por aquí han salido de Haro y han recorrido el mismo camino que Lucrecia. Han ido a Madrid, a ciudades europeas para triunfar pero sus raíces están aquí».
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Ahora, el director echa la vista atrás y recuerda alguna de las dificultades superadas, como las complicaciones para continuar durante la pandemia, cuando «tuvimos que empezar de cero, reconsiderar cómo estaba todo y cómo seguíamos hacia adelante. Nos golpeó muy fuerte». «Imagínate cómo era dar clase con instrumentos de viento», recuerda el dirigente.
Pero también destaca la importancia de tener un centro como este en una ciudad como Haro. «Yo creo que lo que más aporta es riqueza. No solo riqueza material, que también, sino la riqueza de la educación. Los niños tienen una formación integral, unos aprendizajes que van a ser útiles durante toda su vida», afirma.
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De esta manera, como explica Almenara, han seleccionado el día de Santa Cecilia, patrona de la música y los músicos, para conmemorar esta celebración. Por ello, el próximo viernes 22 de noviembre el teatro Bretón va a acoger un acto con el que festejarán las tres décadas en las que el centro lleva formando a jóvenes en una industria tan venerada a la vez que exigente como es la de la música.
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