Las obras en la calle San Felices de Haro, a velocidad de crucero

Se trata de una actuación muy necesaria y muy reclamada por los vecinos desde hace décadas, motivadas principalmente por la peligrosa presencia del muro que divide las dos calles que, con cada lluvia, ha ido perdiendo consistencia y en el que además ha habido que lamentar durante años varias caídas de niños.

La céntrica vía, ubicada en el casco histórico del municipio, será intervenida en el área delimitada por la reciente obra de la calle Pilar Bajo y por la intersección de las calles Costanilla y Atalaya, muy próxima a la plaza de la Paz.

Los vecinos lamentaron en su inicio las dificultades con las que iban a tener que convivir ya que, durante las obras, permanece cerrada al tráfico y el gran desnivel supone un inconveniente para una población que en su mayoría cuenta con una edad avanzada.

Tras la finalización de las obras, según detallaron fuentes municipales cuando se presentó el proyecto, estarán subsanadas las malas condiciones de conservación en que se encontraba esta vía.

Para ello, el proyecto contempla la estabilización de cuarenta metros lineales del muro existente entre las calles San Felices y Atalaya y la ejecución de un muro con una pantalla de micropilotes.

Del mismo modo, se creará una nueva acera entre la calzada y el muro de contención y se actuará en la red de saneamiento. También se proyectará una nueva red de alumbrado público, para la cual se construirá una canalización soterrada.

Además se instalará una nueva zona estancial en la mitad de la rampa de la calle que accede al mirador.