La guardería de Haro vuelve a ahogarse con las lluvias

La guardería Las Luces de Haro vuelve a ahogarse con las lluvias. No es algo nuevo, al inicio del curso pasado decenas de familiares se manifestaron en la entrada del centro pidiendo una solución a los representantes del Gobierno riojano, que ya se demora años.

Actualmente el centro tiene dos aulas cerradas, clases destinadas a bebés que no suelen llenarse hasta la segunda mitad del curso. «Contamos con otra más, una tercera, que sí estamos utilizando y que también tiene goteras –explicaba resignada la directora del centro, Victoria Alonso–. Aunque con ella se puede convivir, porque está situada en una esquina y hemos puesto cubos y un biombo para que no moleste a los niños. Si también cerrábamos esta clase teníamos que decir a los niños que ya estaban matriculados desde el año pasado que no podían venir. Tuvimos que decidir cuál era el problema más gordo, si convivir con un biombo o decirles que se quedaran en casa».

La Dirección General de Gestión Educativa del Gobierno de La Rioja solicitó al Ayuntamiento de Haro hace dos semanas la licencia de obras para la reparación y reimpermeabilización de la guardería. «Y en ese punto nos encontramos. Ya hay un presupuesto aprobado y queda adjudicar la obra. Entiendo que no es fácil, porque la cubierta tiene 2.500 metros cuadrados», explicaba Alonso. Según detalló, la obra consistirá en construir una nueva cubierta sobre la existente. «Algo que me tranquiliza, porque permitirá que continuemos con las clases; nos han dicho que no será necesario un traslado», apuntó.

Previamente a esta obra fue necesario realizar «un estudio de resistencia, para comprobar si aguantaba absorciones y el peso, pero se retrasó mucho», detallaba la directora de la guardería. Un trámite que ya está superado. «Ahora quieren cambiar la forma del 'vaso' del tejado, invertir su forma y convertirlo en un tejado 'normal'», detalló.

En septiembre de 2023, la guardería estuvo cerrada varios días tras unas lluvias torrenciales que provocaron numerosas goteras, un problema que ya arrastraban las instalaciones casi desde su puesta en marcha hace más de una década. Entonces, los familiares denunciaron que el problema comenzó hace años, y recordaron que se había parcheado el tejado en varias ocasiones y una y otra vez las goteras volvían.

Tras estas denuncias, el viceconsejero de Educación, Miguel Ángel Fernández, se reunió con ellos para anunciar una intervención de urgencia y les aseguró que en verano de este año se llevaría a cabo la reforma estructural de toda la cubierta. Trabajos para los que ahora el Gobierno regional ha solicitado licencia al Consistorio jarrero.

Como recordaba la directora, el problema comenzó cuatro o cinco años después de su construcción. «La cubierta es de PVC o algún material similar que, evidentemente, con el frío y el tiempo se ha degradado y empezó a filtrarse agua por agujeritos». Con el paso del tiempo el número de agujeros y su tamaño han ido aumentando.

Desde entonces, el centro ha ido reclamando. Sin embargo, las goteras de hace dos cursos el año pasado se convirtieron en grietas «y gota que cae al tejado, gota que cae en la escuela», comentaba la directora en el peor momento.

Tras ello se levantó gran parte del techo de las aulas más afectadas y se introdujo un gran tubo para dirigir el agua que se colaba entre las grietas para expulsarla al exterior.

«Las obras en la escuela infantil Las Luces de Haro se han desarrollado a lo largo de este verano, pero, debido a su envergadura, no han finalizado y se continúa trabajando para solucionar todos los problemas de la cubierta, en la medida que se puede sin interrumpir ni molestar a los alumnos –señalaron ayer desde la Consejería de Educación–. No obstante, sí que se ha trabajado para habilitar espacios donde los alumnos puedan recibir sus clases sin que los posibles problemas ocasionados por la lluvia interfieran», informaron.

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