Una oleada de robos en unifamiliares de Haro y Briñas pone en alerta a los vecinos

Las fuerzas de seguridad consultadas reconocen que se están produciendo estos hechos en chalés jarreros, y aunque no han concretado el número de denuncias recibidas, aseguran que hay una investigación en marcha que, por ahora, no ha llevado a cabo detención alguna en este sentido.

Una de las denuncias llegaba el martes 8 de noviembre por parte de la propietaria de una vivienda situada en la calle Almendora, que prefiere mantener su identidad oculta: «Al entrar en casa, oímos ruidos en el piso de arriba, y es que estaba o estaban aún en casa. No sabemos cuántos había. Mi marido subió hacia la habitación desde donde provenían los ruidos mientras yo llamaba al 112, y vimos cómo un hombre saltaba ágilmente desde el balcón y huía por el jardín», relató.

La afectada cree que el delincuente no habría estado mucho tiempo en la morada, ya que le faltan pocas pertenencias, pero fueron testigos de un detalle que muestra la improvisación del ladrón: «En su huida perdió parte, no solo de nuestras cosas, sino de un botín anterior» (sustraído en Santo Domingo de la Calzada esa misma tarde, según supieron posteriormente por la Guardia Civil).

En su caso abrieron con una palanca la puerta del balcón, lo que muestra su habilidad física, ya que escalaron por la fachada y posteriormente saltaron desde el balcón al suelo antes de salir corriendo. «Y tenemos que agradecer que tanto la Guardia Civil como la Policía Local se presentaron rapidísimo», apostilló.

El pasado viernes 18 la denuncia llegaba desde la calle Miguel de Cervantes, donde al abrirse paso la oscuridad alguien perforó una ventana desde la que accedieron a un inmueble, vacío en ese instante.

Afortunadamente en este caso había cámaras que, según fuentes de la investigación, aunque vayan tapados, «siempre revelan otros detalles importantes». Y esa es la principal herramienta de defensa que piensan incorporar los vecinos, además de focos con sensor que rodeen los jardines en las calles afectadas, que suponen una gran extensión del pueblo.

También la cercana localidad de Briñas ha sido objeto los últimos días de dos robos en chalés. Ninguna de las dos viviendas estaba ocupada en los momentos del asalto. Sin embargo, en una de ellas fue un vecino quien alertó a la Guardia Civil ya que, al pasar junto a ella, observó que en su interior había gente, y no se trataba de los propietarios.

Dos robos que, según informaban fuentes municipales, han alertado a la población de la localidad, que toma buena nota de los coches desconocidos que circulan por sus calles para trasladarlo a las autoridades competentes.

Y es que se trata de delitos que no son muy habituales en la zona. Se producen con más frecuencia en los períodos vacacionales, como verano y Navidad, y de forma especial en garajes. Pero, como ocurre con el clima, todo tiende a desestacionalizarse.