Un festival muy loco y solidario

Niños y niñas desde 8 a 12 años deleitaron durante dos horas al numeroso público congregado en las pistas del patio del colegio de la Vega, formado en su mayoría por padres y familiares, y que pudieron disfrutar de los bailes, espectáculos, un concierto de flauta y piano, e incluso de un poema pensado para esas personas que, obligadas por las guerras, se ven obligadas a abandonar sus hogares. El fin del festival llegaría con una fiesta de la espuma, que sofocó el calor que azotó la tarde jarrera, y que sirvió de júbilo para los protagonistas del día.

La admiración de los mayores hacia sus pequeños era palpable al ver las actuaciones y comprender la motivación que les ha empujado ha realizar el festival. El esfuerzo por ayudar de forma desinteresada a los más necesitados es digno de elogio y su entrega pese al calor que tuvieron que soportar les hacen merecedores de unas buenas vacaciones.

El festival, que a nivel nacional cumple su segunda edición, no sólo ofreció actuaciones de los alumnos. El patio fue escenario improvisado para el despliegue de varios puestos, en los que los asistentes pudieron comprar gran cantidad de regalos. Desde galletas hasta puzzles u originales chapas, todo hecho por los estudiantes. Un mercadillo solidario cuya recaudación será para ayudar a los refugiados y desplazados en el mundo.

El trabajo desarrollado ayer no esconde las horas de preparación para conseguir que el festival fuera todo un éxito. Las calles de Haro lucían desde hace días los carteles del festival, un trabajo que también realizaron los propios alumnos y en el que invirtieron muchas tardes de trabajo renunciando al tiempo de ocio o de descanso. El Loco Festival en favor de ACNUR fue un éxito rotundo, del CEIP Nuestra Señora de la Vega y de todos sus alumnos.