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Angelines Pascual muestra el ropero de Cáritas, que abre el primer y tercer jueves de cada mes. M. C.
Cáritas lanza un SOS a los jarreros

Cáritas lanza un SOS a los jarreros

El número de personas necesitadas crece cada día en la ciudad y las donaciones, especialmente de ropa, se van reduciendo

Lunes, 27 de febrero 2023, 01:00

La delegación de Cáritas en Haro ha realizado un llamamiento a su población para atender el incremento de solicitudes que están recibiendo. A falta de conocer los datos del informe correspondiente al año 2022, Angelines Pascual, directora de Cáritas Diocesana en la ciudad, reconoce que la necesidad ha aumentado de forma considerable.

Durante el año pasado Cáritas Haro superó la cifra de los 35.800 euros en ayudas directas del año 2021, principalmente destinadas a suministros eléctricos, y repartió más de 6.000 euros en vales de comida para gastar en Eroski. «Muchas veces nos solicitan ayuda para pagar las facturas municipales porque si no se encuentran al corriente de pagos no pueden recibir las ayudas», explica.

La situación incluso desborda a los servicios sociales del Ayuntamiento. «Ellos ayudan, pero tienen una partida destinada a ayudas y se acaba», lamenta Pascual. De hecho, señala que los servicios municipales son los que muchas veces derivan a las personas necesitadas a Cáritas.

«Yo creo que ahora la gente reparte entre conocidos, hay una necesidad generalizada», señala Pascual

«El coste de la vida y la incertidumbre laboral motivan a guardar las cosas que antes se donaban, por si acaso»

Pero esta semana la entidad ha lanzado una llamada de urgencia porque necesitan ropa. La delegación de la agrupación en Haro cuenta con un ropero, ubicado en las traseras de la parroquia de Santo Tomás. Allí acuden familias el primer y el tercer jueves de cada mes, de 18.00 a 19.00 horas. Para atender a toda la gente, cada vez más, que se acerca en busca de abrigo, necesitan donaciones de ropa de todas las edades. Y es que los donativos se han reducido, tanto los de ropa como los económicos, lamenta Angelines Pascual. «Yo creo que ahora la gente la reparte entre conocidos, porque hay más necesidad de forma generalizada».

Respecto a las ayudas económicas, la directora explica que hay necesidad de socios. «Necesitamos gente que done algo cada mes, lo que se pueda, de forma anónima o no». En este sentido, señala que antes había donantes anónimos que dejaban un sobre en el buzón de la entidad, «pero cada vez son menos y las necesidades aumentan».

Lamentablemente, la subida del precio de la vida y la incertidumbre laboral «motivan a guardar las cosas que antes se donaban, por si acaso».

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