Acaba la instalación en Haro de 18 torres de alta tensión entre los viñedos jarreros

El asunto sigue siendo espinoso para los propietarios de las viñas. «A nosotros nos han pasado por medio de los viñedos, hemos tenido que levantar un montón de cepas –recordaba ayer mismo el responsable de viñedos de Bodegas Muga, Isaac Muga–. Nosotros recurrimos la sentencia que les dio vía libre, pero eso es como disparar al aire», se lamentaba.

En su caso ha afectado a una finca de 23 hectáreas. No toda, pero es una viña en la que se invirtió un millón de euros, y en la que se levantó una torre dedicada al enoturismo en medio de un extenso viñedo. Su idea era albergar allí un comedor-mirador volcado sobre los enormes viñedos que rodean la carretera que une Haro y Anguciana. Ahora el mar de viñas está recorrido por un sinfín de enormes torres y un centro de transformación a pocos metros del inicio del viñedo.

Una vez finalizada ahora la línea de alta tensión, los transportistas cumplen su función retirando los troncos que se amontonan en el trazado; excepto los que se encuentran en la otra ladera del río en El Viano, depositados allí, en una zona de difícil acceso para los camiones, que esperan su turno.

También allí finaliza una línea más grande, instalada hace casi una década, y que vino a marcar el principio de este «calvario», como lo definen los propietarios de viñas. «Esto va a ser un laberinto de líneas de alta tensión, una auténtica central eléctrica», vaticina Muga resignado, quien llama la atención sobre futuras fases de construcción.

«En su día, cuando se construyó el centro de transformación, nadie pensó lo que vendría de allí. Ahora ya son conscientes de que es un núcleo del que salen hileras de torres», consideraba Jesús Santos, encargado de viñedos de la zona.

Ciertamente, el paisaje ha cambiado. «Contrasta con los carteles de 'Cuida la naturaleza' que cualquier paseante se encuentra en zonas como el Viano, en los márgenes del río Tirón», lamentaba Ángel Pérez, de la Plataforma para el Progreso Sostenible de Rioja, creada en contra del último trazado diseñado para la línea del AVE, quien, junto al resto, siguen cuestionándose porqué no se hicieron subterráneas.