La Gaita vuelve a dividir Cervera

El baile de la Gaita, una de las señas de identidad de Cervera, se ha convertido en el principal foco de conflicto y desunión de los cerveranos desde hace varios años.

Este viernes se ha celebrado 'Sangilillo' una fecha señalada en la que, después de subir al patrón San Gil a su camarín (el principal acto de la jornada), bailaron los gigantes y los danzantes de la cofradía (grupos adulto e infantil).

Cada año tienen lugar un momento especial en la calle Ibo Alfaro, en el vermú, cuando se unen los veteranos para bailar con los danzantes actuales.

Este viernes la travesía ha vuelto a dividirse en dos partes, algo que ya ha ocurrido otros años. Por un lado estaban los danzantes de la cofradía y por otro el grupo de chicas que también ha bailado estos días y defiende una gaita mixta. La frontera era el paso de cebra elevado sobre el cual tocaban los gaiteros y tamborileros de Ezpelur, de la cofradía. Allí había personas mirando las interpretaciones de una u otra zona.

Conforme transcurría la danza, a un lado se unían los veteranos, como es costumbre. Al grupo femenino se incorporaban chicos y chicas, entre ellos algunos danzantes tanto de San Gil como de Santa Ana.

Hubo un instante de nerviosismo entre varias personas cuando las danzantes necesitaban más espacio para uno de los números sobre el paso de cebra, pero no llegó a mayores. La tensión es latente y la situación no tiene visos de solucionarse.

En las fiestas de San Gil las danzantes bailaron el día 31 de agosto (bajada del patrón) y 1 de septiembre (día grande) con sus gaiteros del Baztán, en la plaza de la iglesia, calles, traslado de autoridades y procesión. Este viernes no estaban los músicos y solo danzaron en la travesía.

Cuando los gaiteros de la cofradía terminaron la actuación, las chicas y los que se habían sumado a su baile continuaron unos minutos con el sonido de las palmas y 'pulgaretas' (castañuelas). Las fiestas de San Gil continúan el fin de semana, pero sin Gaitas.

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