Fuenmayor ilumina el cielo

«El cambio es para ganar más amplitud y que la gente pueda estar más cómoda», explicó el concejal de Fuenmayor José Ignacio López. La tarde comenzó con un 'pinchopote' navideño y una degustación ofrecida por los quintos del 2007 en la plaza Félix Azpilicueta. Después, y prácticamente hasta última hora, se vendieron los farolillos para su suelta que, según la organización, «son 100% ignífugos (no prenden) y biodegradables, hechos de papel de arroz y caña de bambú, con lo que no dañan el medio ambiente».

La tradición manda que hay que pedir un deseo y soltar el farol para que vuele y así se cumpla de cara al próximo año. El mecanismo de funcionamiento es sencillo: se despliega el farol y, en su base, se prende una llama que genera aire caliente, más ligero que el frío (en la noche de este viernes 5 grados), y por eso vuela. «Visto el éxito de la edición anterior, se ha decidido volver a repetir. La acogida es muy buena y fruto de ello es la cantidad de gente que acude. Además, todos los bares de Fuenmayor realizan un 'pinchopote' y los jóvenes dan un premio al mejor pincho, que se puede votar a través de un código QR en todas las puertas de los bares», explicó José Ignacio López. Así, el cielo de Fuenmayor, a las 22.30 horas, se llenó de deseos que volaban en farolillos rumbo al 2025.